Por Zhao Hui y Zheng Jiandong
BEJIING, 7 ene (Xinhua) -- China y América Latina y el Caribe se acercan uno al otro a un ritmo acelerado, y la inminente celebración de la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) será testigo del establecimiento de una asociación de cooperación integral entre ambas partes.
El encuentro, a celebrarse entre mañana y el viernes en Beijing, contará con la participación de unos 40 ministros, entre ellos 20 cancilleres, de 30 de los 33 países miembros de la CELAC, así como representantes de organizaciones regionales, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Bajo el lema "Nueva plataforma, nuevo punto de partida y nuevas oportunidades", los participantes discutirán los principios de cooperación, los sectores prioritarios y el mecanismo del foro, a fin de impulsar la asociación de cooperación integral entre China y América Latina y el Caribe.
El establecimiento del flamante mecanismo de cooperación no es casual. Aunque lejos geográficamente, las dos partes acortan dicha distancia a través del estrechamiento de los vínculos comerciales bilaterales, la extensión de los intercambios en diversas esferas y la búsqueda de mayores beneficios comunes.
En julio pasado, el presidente chino, Xi Jinping, abogó durante su reunión cumbre con líderes de América Latina y el Caribe por la construcción de una comunidad de destino compartido, además de presentar las iniciativas y medidas chinas para promover la cooperación pragmática bilateral.
El acercamiento entre ambas partes no solamente sirve para salvaguardar la autonomía con mayores progresos económicos y sociales, sino también para entrelazar los destinos de China y América Latina y el Caribe.
En primer lugar, la construcción de una comunidad de destino compartido se debe a la base sólida de la cooperación pragmática.
Desde el año 2000, el volumen del comercio bilateral ha crecido enérgicamente. En el periodo 2000-2007, el monto total pasó de 12.600 millones a más de 100.000 millones de dólares estadounidenses y marcó su récord de 261.570 millones de dólares en 2013, cifra que multiplicó por casi 21 veces la de 2000.
Gracias a los intercambios comerciales más estrechos, América Latina y el Caribe se ha convertido en el nuevo paraíso de las inversiones chinas. De acuerdo con datos oficiales, las inversiones directas no financieras de China en la región totalizaron 9.060 millones de dólares en el primer semestre de 2014.
Además, hasta finales de 2013, el valor acumulado de los proyectos contratados por empresas chinas en la región alcanzó los 94.600 millones de dólares, cubriendo diversos sectores como gasoductos, centrales eléctricas, carreteras y telecomunicaciones.
La cooperación bilateral no se limita al terreno económico. Hasta la fecha, China ha inaugurado 31 Institutos Confucio y 10 Escuelas Confucio en 14 países latinoamericanos, con el objetivo de profundizar el entendimiento mutuo.
Además, China y América Latina han mantenido una exitosa cooperación espacial con la fabricación y lanzamiento de satélites.
En segundo lugar, la construcción de una comunidad de destino compartido sirve para afrontar los retos de la transformación que viven ambas partes.
Después de varios años de altos crecimientos económicos con fuerte complementariedad, China y los países latinoamericanos proveedores de materias primas han entrado en una etapa de ralentización, causa por la cual la transformación estructural es cada vez más indispensable y apremiante para ambas partes.
Concretamente, China procura reducir la capacidad industrial excesiva en los sectores sobredimensionados, tales como acero, cemento y aluminio electrolítico, y facilitar el financiamiento para los países en vías de desarrollo, mientras que los exportadores latinoamericanos de materias primas están decididos a iniciar un proceso de reindustrialización, necesitando mayores inversiones y mejores infraestructuras.
Bajo estas estrategias complementarias de desarrollo, ambas partes pueden reforzar la coordinación y unirse para una mayor participación en las cadenas de valores globales.
Sin embargo, la transformación no será un camino de rosas. China y América Latina y el Caribe enfrentarán nuevos desafíos en el proceso de reformas, por lo que deben apoyarse mutuamente y aprovechar el Foro China-CELAC para intercambiar experiencias sobre el desarrollo económico, la estabilidad social, la protección ambiental y otros aspectos que resultan primordiales para garantizar un futuro próspero y armonioso.
En tercer lugar, la construcción de una comunidad de destino compartido satisface la necesidad de unir a todo el mundo en vías de desarrollo.
A medida que aumenta la fuerza económica de los países en vías de desarrollo, el panorama político mundial experimenta cambios profundos y complejos, y el mundo en vías de desarrollo tiene más voluntad y fuerza para expresarse y decir no al injusto e irracional orden político y económico global.
En la arena internacional, China y los países latinoamericanos y caribeños cuentan con idénticas demandas y similares opiniones sobre la democratización de las relaciones internacionales, el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas" sobre el cambio climático y la reforma del sistema financiero internacional, entre otras.
El establecimiento del Foro China-CELAC posibilita y hace más eficaz el intercambio de opiniones y la coordinación de posturas entre ambas partes a través de una plataforma única, formando una parte importante de la cooperación Sur-Sur.
En América Latina hay un refrán que dice: "una mano lava a la otra, y las dos lavan la cara". China y la CELAC son exactamente dos manos que pueden conseguir la democracia y la prosperidad mediante la cooperación integral, como si una mano lavara a la otra. Y una comunidad de destino compartido entre China y la CELAC beneficiará al resto del mundo y lo hará más justo y equilibrado.