BEIJING, 12 jul (Xinhua) -- Tailandia repatrió recientemente a más de 100 inmigrantes ilegales a China, lo que llamó la atención internacional, provocando protestas de algunos países y preocupaciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

La repatriación desde Tailandia de inmigrantes ilegales a China es una forma de cooperación normal entre los dos países dentro de la campaña contra el tráfico de personas, así como una obligación internacional.

Los ciudadanos chinos de minorías étnicas repatriados viajaron a Tailandia y permanecían en ese país de manera ilegal. Un gran número de inmigrantes ilegales y "cabezas de serpiente" (como se conoce a las personas que se dedican al tráfico de personas) han sido repatriados desde el Sudeste Asiático este año.

Algunos de ellos eran sospechosos de delitos o de haber participado en actividades terroristas en China. Otros son ciudadanos normales que habían sido forzados a cruzar la frontera nacional para buscar una "mejor vida".

La inmigración ilegal, que usa pasaportes falsificados, viola la ley y es contraria al orden internacional normal de salida y entrada de un país. La policía china ha tratado a los ciudadanos repatriados de acuerdo con la ley y ha educado y realojado a los inmigrantes ilegales que habían sido coaccionados, a fin de proteger sus intereses. La mayoría de ellos ha vuelto a una vida nueva y normal.

Luchar contra la inmigración ilegal y el tráfico de personas es una obligación de todos los países. Politizar la repatriación de Tailandia de los inmigrantes ilegales chinos y llamarlos "refugiados" son actos que muestran un doble rasero.

Algunos gobiernos y fuerzas extranjeras han ignorado los hechos básicos, criticando la cooperación en la implementación de la ley entre China y Tailandia y politizando el asunto. Esto sirve a la connivencia con la inmigración ilegal y el tráfico de personas y viola los tratados y las leyes internacionales, lo que daña los esfuerzos conjuntos globales en el combate contra la inmigración ilegal.

Durante mucho tiempo, las tácticas de señalar con el dedo los asuntos étnicos y religiosos de China y la interferencia en los asuntos internos han sido usadas por ciertas fuerzas extranjeras para perturbar la seguridad y estabilidad de China.

Asuntos como la inmigración ilegal son simplemente delitos y no deben vincularse a asuntos étnicos o religiosos. Los países y las organizaciones internacionales que mezclan los dos aspectos y confunden a la opinión pública exponen sus intenciones reales.