BEIJING, 28 jun (Xinhua) -- Al tiempo que los ataques terroristas perpetrados el pasado viernes en tres diferentes partes del mundo ponen el foco sobre el grave peligro al que se enfrenta el planeta, el sesgo de algunos medios de Occidente contra los musulmanes resulta igualmente peligroso, porque este prejuicio solo puede fomentar el odio y la polarización.
El viernes, el mundo fue sacudido cuando varios terroristas, siguiendo la llamada a la violencia del grupo miliciano del Estado Islámico (EI), lanzaron tres ataques terroristas sangrientos en diferentes partes del mundo, dejando docenas de muertos y de heridos inocentes.
Al mismo tiempo, la tendencia a la difamación del islam es ampliamente visible en la prensa occidental.
Lo que han hecho los terroristas fue repulsivo. Esto es innegable. Y, coordinados o no, tres ataques en tres continentes en un día reflejan obviamente el terrible desafío presentado por el terrorismo.
Sin embargo, esto no otorga la legitimidad para etiquetar a los seguidores de una religión determinada como terroristas o de acusarla de ser una ideología que predica la violencia y la intolerancia.
Los musulmanes y su religión en general no deben ser culpados por las acciones de algunos individuos fanáticos o un pequeño grupo que declara adherirse a las "doctrinas islámicas". Son los criminales, no la religión, los que deben ser condenados por los crímenes terroristas.
En el informe de Europol sobre el terrorismo en la Unión Europea (UE) en 2014, la agencia de seguridad de la UE apuntó que la mayor proporción de los ataques terroristas en la UE en 2013 se relacionaron con grupos separatistas, y no con grupos relacionados con la religión.
Y uno de los peores ataques terroristas de la historia en Europa fue perpetrado en 2011 por Anders Breivik, un supremacista blanco, antimusulmán y antiinmigranción, que mató a 77 personas en Noruega.
La idea de etiquetar una religión en concreto como una doctrina de terroristas no solo es parcial y carente de cualquier fundamento, sino que también enajena aún más las relaciones entre las diferentes civilizaciones. Acusaciones injustificadas contra los musulmanes por parte del mundo occidental agravarán la división cultural.
En la llamada "guerra contra el terrorismo", los países occidentales han mostrado chauvinismo y un sentimiento hegemónico al tratar asuntos sensibles con el mundo islámico. La falta de espíritu cooperativo y de respeto ha alejado aún más Estados Unidos y sus aliados europeos de países de Oriente Medio.
Para los musulmanes que viven a la sombra de los bombardeos aéreos occidentales, es difícil creer que estos ataques de EEUU son en favor de la justicia.
Para erradicar el terrorismo para siempre la única forma es mantener la paz y la estabilidad en las regiones en guerra, ya que el terrorismo siempre medra en la inestabilidad y la pobreza.
En realidad, el éxito del EI se debe principalmente a la situación inestable en Siria e Irak. Y sembrar temores y prejuicios no es sino perjudicial para restaurar la paz y la estabilidad en Oriente Medio.