BEIJING, 25 may (Xinhua) -- Hace apenas unos días, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, que se encontraba de visita, rechazó las informaciones de prensa que revelaban un plan estadounidense para enviar aviones para desafiar a China y dijo que estos artículos no reflejaban ninguna decisión política del gobierno de EE. UU.
Kerry también aprovechó la oportunidad para subrayar la postura neutral del gobierno estadounidense en el asunto del Mar Meridional de China.
No obstante, las alarmas sonaron cuando un avión estadounidense P-8A antisubmarinos y de vigilancia marítima sobrevoló las aguas frente a la costa de las islas Nansha el miércoles.
¿Era esta maniobra el resultado de una discordancia entre el ejército y el gobierno estadounidenses?
¿Había verdad en las declaraciones previas de Kerry o hay motivo para dudar del papel de Estados Unidos en el Mar Meridional de China?
En definitiva: ¿Es Estados Unidos un pacificador, como siempre ha enfatizado, o es un alborotador?
A bordo del aeroplano iba también un equipo de la CNN, que afirmó que había recibido permiso del Pentágono por primera vez para "crear conciencia sobre el desafío planteado por las islas". Claramente, Estados Unidos quería recurrir a las actividades de construcción en las islas para retratarlas como una amenaza para la estabilidad regional.
Estados Unidos ha prometido desde hace mucho tiempo defender la libertad de navegación en el Mar Meridional de China. No obstante, esta táctica de acusar a China, cuyas actividades de construcción en las islas han permanecido siempre dentro de sus aguas territoriales, podría estar mal concebida.
Fue el ejército estadounidense el que envió la aeronave de vigilancia avanzada a las aguas territoriales de China. La decisión es "muy probable que cause errores de cálculo e, incluso, incidentes marítimos y aéreos desafortunados", advirtió un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
Debe recordarse que Estados Unidos no es ni siquiera parte interesada en las disputas del Mar Meridional de China. Y, a pesar de que ese país ha continuado sosteniendo su "teoría de la amenaza de China", nada se ha materializado.
China necesita paz y estabilidad regionales en el Mar Meridional de China más que cualquier otro país. Perseguir la hegemonía no encajaría en las aspiraciones chinas. Una región y un Mar Meridional de China en paz son imperativos para el éxito de proyectos como la iniciativa de la Franja y la Ruta.
Desafortunadamente, el incidente del avión de vigilancia ha dejado al descubierto, una vez más, la intención aparentemente inagotable de Estados Unidos de contener a China y arruinar su desarrollo pacífico, como se ha visto en sus esfuerzos de pivotar hacia Asia, los movimientos para incitar a Filipinas a confrontar con China e implicar a otros países en disputas.
Como el país con el mayor gasto militar del mundo, Estados Unidos tiene abundantes recursos a su disposición para intimidar a China, pero estos peligrosos movimientos crearán únicamente más complicaciones y no influirán en la determinación de China de salvaguardar sus intereses fundamentales.
Estados Unidos debería recordar que la relación bilateral con China es poderosa y los dos países están conectados en muchos frentes. Jugar de esta manera la carta del Mar Meridional de China tiene peligrosas y arriesgadas repercusiones.