BEIJING, 5 may (Xinhua) -- China realizó contribuciones indelebles a la Guerra Mundial Antifascista al contener la agresión japonesa a un alto costo, expresaron historiadores y expertos extranjeros.

Cuando se conmemora este año el 70 aniversario de la victoria de la Segunda Guerra Mundial, las contribuciones y sacrificios de China son cada vez más reconocidos por la comunidad internacional.

La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1937-45) fue una parte esencial de la Guerra Mundial Antifascista, afirmó Kim Joo-yong, investigador del Instituto de Estudios del Movimiento Coreano para la Independencia.

Kim criticó a Japón por su renuencia a pedir disculpas por sus atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin la resistencia china que contuvo a por lo menos 600.000 soldados del ejército japonés, la situación hubiese sido aún más difícil para los aliados occidentales en el frente asiático, comentó a Xinhua Rana Mitter, director del Centro de Estudios de China de la Universidad de Oxford.

En la mayor parte de esa guerra, China fue la única fuerza de resistencia seria contra los japoneses en Asia Oriental y el Sudeste Asiático, evitando que Japón pudiera desviar sus recursos y con ello la guerra a otras regiones, apuntó Mitter.

Al destacar que China se ganó su lugar como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU debido a sus contribuciones durante la Segunda Guerra Mundial, Mitter instó a que un mayor número de occidentales conozca más sobre la historia de China durante la guerra, pues el país asiático disfruta actualmente de una creciente influencia global.

Sergei Lousianin, subdirector del Instituto del Lejano Oriente de Rusia, indicó que el papel de China durante la Segunda Guerra Mundial ha sido subestimado por mucho tiempo desde la tradicional perspectiva histórica centrada en Europa.

De hecho China se convirtió en el primer miembro de la coalición antifascista en 1937, dijo Lousianin. "Entre los miembros de la coalición, la participación de China ha sido la más larga".

Otro experto ruso, Yuri Chudodeev, del Instituto de Estudios Orientales, con sede en Moscú, se mostró de acuerdo con el hecho de que la Segunda Guerra Mundial comenzó en Asia con el ataque en 1937 por parte de las tropas japonesas contra el Puente Lugou, también conocido como el puente de Marco Polo, uno de los puntos cruciales de acceso a Beijing, y no en 1939, como sucedió en Europa, con la invasión de Polonia por parte de Alemania.

Chudodeev también anotó que se ha prestado poca atención a los sacrificios realizados por China durante la guerra.

"Los historiadores dicen mucho sobre el genocidio de judíos y armenios, pero mencionan poco sobre el genocidio de chinos, particularmente sobre la Masacre de Nanjing", dijo Chudodeev.

En diciembre de 1937, las tropas japonesas capturaron la ciudad de Nanking (Nanjing), por aquel entonces capital de China, y comenzaron una masacre de 40 días. Más de 300.000 chinos, incluyendo soldados que habían abandonado las armas, fueron asesinados, y más de 20.000 mujeres violadas.

Lester Tenney, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, de 94 años de edad, fue invitado por el congresista Mike Honda al discurso que pronunció el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ante el Congreso de EEUU el pasado 29 de abril. Tenney urgió a Tokio a reflexionar sobre los terribles crímenes llevados a cabo durante la II Guerra Mundial y a aprender de ellos.

"Los abuelos de los japoneses jóvenes no hablan de ello, por eso los jóvenes no saben lo que pasó", dijo Tenney.

"Tenemos que dejar que los jóvenes conozcan la historia. La única manera de corregirla es conocerla", añadió. Fin