BEIJING, 15 abr (Xinhua) -- Después de iniciada la reforma y apertura en China, el gobierno central ofreció al Dalai Lama XIV una oportunidad de arrepentirse de su camino, pero éste persiste obstinadamente en su posición de "independencia del Tíbet", apunta un libro blanco emitido hoy miércoles.

De 1979 a 2002, el Gobierno Central atendió a los representantes privados del Dalai XIV en 13 ocasiones y de 2002 a enero de 2010, en diez, indica el libro blanco, titulado "Opción histórica del Tíbet por el camino de desarrollo".

"No obstante, el Dalai Lama XIV defraudó repetidamente la esperanza de la dirección central. No sólo persistió siempre en sus pronunciamientos por el "camino intermedio" en contra de la Constitución de China y para escindir a la patria", según el documento publicado por la Oficina de Información del Consejo de Estado, el gabinete chino.

La camarilla del Dalai Lama XIV planeó e instigó actividades de sabotaje, como la interferencia con violencia en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el incidente del 14 de marzo de 2008 en Lhasa y los incidentes de inmolaciones, entre otras, de acuerdo con el documento.

En 2011, el Dalai Lama XIV declaró su "jubilación política", y poco después del anuncio de la "dimisión" de sus representantes privados que habían mantenido el contacto con el Gobierno Central.

Desde entonces, la camarilla del Dalai Lama XIV declaró que sólo hablaría con el Gobierno Central bajo el nombre de "gobierno en el exilio", saboteando abiertamente cualquier base de contactos y negociación, que ahora se han detenido, subraya el documento.

Durante más de 30 años, la camarilla del Dalai Lama han ajustado y variado sus estrategias según los cambios en la situación nacional e internacional, agrega el documento.

"Ellos han roto unilateralmente los contactos y la negociación con el gobierno central en varias ocasiones", añade el libro blanco.

"Cuando ellos consideraban que la situación les era desfavorable, pedían contactos con la dirección central; cuando consideraban que les era favorable la situación, suspendían los contactos con la dirección central", señala.

"Ninguna de las negociaciones fueron con buena fe, y la intención del Dalai Lama y sus seguidores fue siempre la de dividir China y alcanzar la independencia del Tíbet", indica el libro blanco.