BEIJING, 15 mar (Xinhua) -- El objetivo de un crecimiento menor y un mayor énfasis en la protección del medio ambiente, asuntos destacados en las "dos sesiones" anuales de China, demuestran que los encargados de formular políticas en este país han asumido un punto de vista más maduro sobre el desarrollo, lo que finalmente beneficiará a todo el mundo.
Durante los últimos 12 días el mundo ha seguido de cerca las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN, el máximo organismo legislativo de China) y del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh).
Entre las muchas decisiones importantes figuran el objetivo de crecimiento de en torno al 7 por ciento para 2015 y el endurecimiento de las normas ambientales; las dos medidas deben ser consideradas buenas noticias tanto para China como para el mundo entero.
La expectativa de un crecimiento menor fijada por el gobierno chino está en línea con la "nueva normalidad" del país y demuestra que China se está transformando en una economía más avanzada con las reformas que están produciéndose en diferentes sectores.
Consciente de las limitaciones del antiguo modelo de desarrollo, el cual dependía, en gran medida, de la inversión en activos fijos y de la exportación, actualmente China aspira a llevar a su economía a una vía más sostenible, poniendo más atención a la calidad que a la cantidad del crecimiento económico.
No hace falta decir que una economía china sana, que se situó en los más de 10 billones de dólares estadounidenses en 2014, es propicia para el desarrollo económico global, y beneficiará a los países que exporten bienes de consumo y servicios a China.
Además, el hecho de destacar la protección del medio ambiente en este evento político anual demuestra que China está en busca de un sendero de desarrollo mejor y más sostenible.
En las tres últimas décadas, el dar prioridad al desarrollo económico, en vez de a la protección medioambiental, fue una práctica común entre los gobiernos central y locales.
Sin embargo, China ahora ha decidido abandonar la búsqueda "desequilibrada" del crecimiento económico, poniendo la protección del medio ambiente entre las máximas prioridades del país para 2015.
El pasado mes de enero se presentó una nueva ley sobre la protección medioambiental, que impone castigos más duros para los que causen contaminación y deja bien claro que los grupos de interés público tienen el derecho a demandar a las partes responsables de la polución.
La meta de un crecimiento menor y el nuevo énfasis dado a la protección medioambiental ayudarán a crear un ciclo virtuoso, debido a que la menor inversión en activos fijos podría llevar a una menor presión sobre el medio ambiente, mientras que el endurecimiento de las leyes en esta materia forzará el retiro de las industrias atrasadas.
Los esfuerzos de China a la hora de enfrentarse a la contaminación no solo mejorarán el medio ambiente del país, sino que también contribuirán al tratamiento de la cuestión medioambiental a nivel internacional, incluidos el calentamiento global y el deterioro en las condiciones de las aguas oceánicas, entre otros.