Por Zhu Junqing
BEIJING, 6 mar (Xinhua) -- Algunas agencias y medios de comunicación estadounidenses han estado durante años sermoneando a su país sobre la "amenaza militar de China", y en esta línea se encuentra un reciente informe que afirma que el programa espacial chino amenaza la seguridad militar de Estados Unidos.
En el informe, publicado el lunes por la Comisión de Evaluación Económica y de Seguridad EEUU-China, se asegura que el desarrollo de las tecnologías espaciales del país asiático tiene por objetivo bloquear las comunicaciones militares estadounidenses y destrozar su capacidad para ganar conflictos.
El alegato, junto con sus protestas por el presupuesto militar chino y el así llamado "ciberataque", lo único que hace es situar al Tío Sam como blanco de las bromas y expone sus tácticas coherentes e indecentes para abordar el desarrollo pacífico de China.
Primero, ese tipo de afirmaciones están desprovistas de sentido común. Todo el mundo, incluido el propio Washington, sabe bien que el Ejército chino empezó desde cero y ha ido a la zaga de Estados Unidos por décadas de diferencia.
De hecho, es Estados Unidos el que toma la decisión de dominar los recursos espaciales y tiene más ventajas sobre otros países para, finalmente, construir su hegemonía en el espacio.
Los hechos hablan más alto que las palabras. EEUU es el único que tiene en despliegue real armas antisatélite. En este sentido, si otros países no desarrollan ellos mismos este tipo de armamento, muchos recursos espaciales quedarán bajo la amenaza estadounidense.
Respecto al gasto militar, EEUU, con dobles estándares profundamente arraigados en su mente, desde hace mucho tiempo ha estado apuntando a las necesidades normales de la defensa nacional de China al tiempo que expande su propio presupuesto militar año tras año.
El recién revelado presupuesto de defensa nacional de China para el 2015, por ejemplo, es menos de un tercio del presupuesto estadounidense previsto, que asciende a 534.300 millones de dólares. El incremento del 10,1 por ciento también representa la menor expansión de China desde 2010.
Midiendo los gastos militares per cápita, que expertos militares estadounidenses consideran un índice importante para valorar el presupuesto de defensa de una nación, la cifra estadounidense es 22 veces mayor que la china.
Como dice el dicho, "un hombre puede robar un caballo al mismo tiempo que otro puede no supervisar el cerco". Lo que está detrás de la teoría de la "amenaza militar de China" son, como era de esperar, los propios intereses de EEUU.
Por último, si bien no menos importante, internacionalmente, los calculadores estadounidenses están intentando aumentar la dependencia de otros países de EEUU para hacer que sigan su dirección, y mantener su dominio en los asuntos globales.
Dentro del país, Washington planea poner las bases para vencer el obstáculo del Congreso sobre el presupuesto del Pentágono para el 2016.
Sin embargo, los tiempos han cambiado. EEUU debe abandonar la mentalidad de la Guerra Fría en consonancia con la tendencia histórica, considerando el desarrollo militar chino de una manera objetiva y racional, fortaleciendo la confianza mutua y salvaguardando conjuntamente con China la paz y estabilidad mundiales.