BEIJING, 2 mar (Xinhua) -- Un alto oficial militar manifestó hoy lunes que los ataques terroristas no afectarán a la estabilidad general de la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, ni serán un impedimento para su rápido desarrollo económico, la unidad étnica o la armonía religiosa.

"Todos en Xinjiang están en contra del terrorismo y esperan la paz. Ahora esos pocos terroristas no tienen ningún apoyo allí y el pueblo simplemente los odia", afirmó el teniente general y subcomandante del Comando del Área Militar de Xinjiang, Siamati Muhammat, en una entrevista con Xinhua.

Las autoridades chinas comenzaron una campaña antiterrorista de un año el pasado mayo en Xinjiang, en respuesta a los ataques registrados. Muhammat manifestó que esta medida ha ayudado a la gente a darse cuenta de que "los terroristas son su enemigo común". "Todos están obligados a combatir el terrorismo y mantener la paz", aseguró.

Un total de 31 personas murieron y otras 141 resultaron heridas en un ataque con cuchillos el 1 de marzo del año pasado en una estación de tren de la ciudad china de Kunming, capital de la provincia suroccidental de Yunnan. Posteriormente se descubrió que el ataque había sido orquestado por fuerzas separatistas de Xinjiang.

Muhammat indicó que, desde entonces, los oficiales reforzaron la cooperación entre regiones y tomaron medidas preventivas para evitar este tipo de ataques en cualquier lugar del país.

Los legisladores chinos están revisando actualmente un borrador de la primera Ley Antiterrorista del país, que tiene como objetivo definir el terrorismo y establecer un marco legal para los esfuerzos para combatir estas actividades.

El comandante sostuvo que no se debe atribuir el terrorismo a ningún grupo étnico, territorio o religión específicos. "Los ataques terroristas a veces se cometen en nombre del Islam, pero incluso los musulmanes los condenan. Estas actividades extremistas representan una violación de la doctrina del Islam. Son un crimen", afirmó.

Agregó que las políticas religiosas en Xinjiang se establecieron después de procurar consejo de los grupos religiosos locales. "Las políticas protegen las necesidades religiosas al tiempo que ayudan a frenar a los extremistas", aseguró Muhammat.