COMENTARIO: Difamación contra China es motivo de burlas

Actualizado 2015-01-21 20:49:15 | Spanish. xinhuanet. com

Por Deng Yushan

BEIJING, 21 ene (Xinhua) -- El camino del desarrollo de China está acompañado de intentos de vilipendio e incluso demonización contra el ascenso del país asiático por parte de personas predispuestas o mal preparadas para la cambiante realidad.

En la boca de los agoreros y críticos sobre China, la economía china está al borde del colapso, Beijing está causando una guerra en el Mar Meridional de China, y los derechos humanos en el país más poblado del mundo son simplemente pésimos.

Ahora, tras el ataque terrorista contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo, algunos apuntan hacia los medios chinos, acusándolos de no mostrar el menor ápice de simpatía e intentar demonizar la santa libertad de expresión existente en los países occidentales.

Como puede apreciarse fácilmente, la mayor parte de la manada está compuesta por occidentales condescendientes y muy frustrados que se rehúsan a abrir los ojos ante la ilusión seductora y obsoleta de que sus instituciones representan el género óptimo de la civilización humana y lo serán hasta el final de los días.

Aunque incapaces de detener el ascenso de la gran nación de Oriente, han intentado culpar a China en cada paso y bloquearla en cada oportunidad. Ellos no vacilan para emplear tales medios vulgares como la demagogia y el sensacionalismo para engatusar al público.

Pero siempre fracasarán. Una vez tras otra, la verdad y los hechos sobre la mesa han convertido a quienes se dedican a propagar la maldición y el miedo sobre China en motivo de burlas.

China ha llegado a ser la segunda mayor economía del mundo, con una creciente resiliencia y sostenibilidad gracias a sus firmes esfuerzos de reestructuración. La libertad para la navegación nunca ha sido interrumpida en el concurrido Mar Meridional de China, y Beijing promueve el apoyo regional de buena voluntad para que siga siendo así. Además, la mejora sustancial del bienestar del pueblo chino ha sido merecedora del reconocimiento y la aclamación mundiales.

Respecto al incidente de Charlie Hebdo, la prensa china no solo ha condenado inequívocamente la matanza de París y mostrado su profunda simpatía para con la traumatizada nación francesa, sino que también ha ahondado en las causas fundamentales del terrorismo y el extremismo con el propósito de ayudar a evitar que se repita este tipo de tragedia, como deberían hacer todos los medios de prensa responsables.

Además, la libertad de expresión es también preciada en China. Al igual que en los países occidentales, la Constitución china no incluye ningún "pero" en el artículo dedicado a las libertades de expresión y de prensa. Sin embargo, las palabras tienen consecuencias, y ese sentido común universal quiere decir que siempre existe un "pero" entre líneas.

El mundo debe defender con firmeza la libertad de expresión, tanto contra los intentos de coartarla como contra el abuso de la misma. Los que verdaderamente demonizan la libertad de expresión no son quienes hablan con prudencia, sino quienes alimentan deliberadamente la división y el odio.

Mientras, en una escala más amplia, quienes siempre colocan a China en el punto de mira conforman apenas una pequeña parte del público occidental que intenta a toda costa llamar la atención. Una gran mayoría sigue la tendencia de la época y ve con buenos ojos el papel cada vez más importante y constructivo de China para la paz y el desarrollo del planeta.

Mucho más alentador es que crece con rapidez una mayoría con una mente abierta y que aboga por la cooperación. Occidente debe mantener el cambio positivo registrado en la opinión pública. El orgullo que se siente por la civilización propia no se le puede permitir extenderse hasta el punto que dificulte los contactos de beneficio mutuo con otros.

China es, con toda razón, cada vez menos sensible a la difamación y la burla proveniente de Occidente. El éxito nacional y su contribución mundial le permiten albergar una mayor confianza en sí mismo en la arena internacional. El país asiático seguirá adelante con su desarrollo pacífico y dejará que la historia haga el resto.

010020070760000000000000011100001339364861