Por Carina López
MEXICO, 5 ene (Xinhua) -- Millones de niños en toda América Latina esperan, cada 6 de enero, la llegada de los Reyes Magos, una costumbre traída de España y adoptada por casi una decena de países hispanoamericanos, en los que los menores reciben obsequios que anhelaron durante todo el año, llenado sus corazones de luz y esperanza.
Según la tradición cristiana, los tres Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltasar) llegaron hace más de 2.000 años a celebrar el nacimiento del niño Jesús portando tres regalos: oro, incienso y mirra; de ahí radica la costumbre de ofrecer regalos a los más pequeños.
Con el pasar del tiempo, este hábito se reflejó en la mágica celebración de los Reyes Magos o Día de Reyes, misma que logró posicionarse como una de las festividades infantiles más importantes de la región.
En países como México, Puerto Rico, República Dominicana, Paraguay, Colombia, Venezuela y Uruguay, los infantes disfrutan de este día jugando con sus presentes, algunos hechos de madera, otros electrónicos y otros más de destreza.
En México, durante los primeros días de enero, los niños escriben su carta a los Reyes Magos, diciéndoles cuál fue su comportamiento a lo largo del año y lo que les gustaría recibir como regalo.
El 5 de enero, los padres de las criaturas compran un globo en las calles del país en busca de enviar su carta al cielo y así lograr que todos sus deseos se hagan realidad.
En este día también se acostumbra degustar la Rosca de Reyes, un pan dulce horneado en forma circular que contiene nueces, higos, fruta seca, acitrón, entre otros ingredientes como chocolate y nata.
Esta rosca representa una corona, por eso está adornada con frutos secos que simbolizan las joyas de la tiara.
El pan esconde uno o varios muñecos diminutos simbolizando al niño Jesús, según la religión cristiana.
La tradición cuenta que aquellas personas que encuentren las piezas, serán quienes vistan y presenten al niño Jesús el 2 de febrero en la iglesia, para celebrar el Día de la Candelaria, y así ofrecer tamales (platillo típico mexicano) a sus familiares más cercanos.
En algunas partes de la República Mexicana, como en las ciudades de Guanajuato e Irapuato, se realiza un desfile típico de carrozas, en el que los Reyes Magos y sus pajes lanzan caramelos y pelotas a los niños que observan desde la calle.
Al día siguiente del recorrido, los niños encuentran sus regalos al pie del árbol navideño.
En Puerto Rico, los niños recogen grama y la colocan en una caja de zapatos al lado de su cama.
El pasto es para alimentar a los camellos de los Reyes Magos, quienes se cree que antes de abandonar la casa del pequeño, le dan un beso en la frente.
En Paraguay, los juguetes de antaño que traían los Reyes Magos eran de lo más simple: camioncitos de madera, caballitos, muñecas y pelotas de goma.
Hoy en día, los pequeños gustan de recibir obsequios tecnológicos que son costosos y, en ocasiones, inalcanzables para algunos de ellos.
En el país latinoamericano, la esperada llegada de los Reyes Magos comienza por limpiar los zapatos que deben colocarse en las ventanas la noche del 5 de enero.
Luego se coloca pasto y agua para los camellos en el patio y, a la mañana siguiente, los menores pasan horas jugando con sus regalos y buscando las huellas de los camellos que los trajeron a cuestas.
En la ciudad de Asunción, muchas organizaciones barriales se esmeran en repartir juguetes en los sitios donde se encuentran menores de escasos recursos.
En otros sitios de esta nación, los niños escriben cartas para cada uno de los Reyes Magos, esperando recibir tres regalos diferentes que puedan conservar y disfrutar por años.
De esta manera, los Reyes Magos cabalgarán esta noche desde México hasta Argentina llevando alegría a miles de hogares en los que año con año son cobijados con la sonrisa e ilusión de los pequeños. Fin
