Imagen del 28 de noviembre de 2017 de una vista de la tronera ubicada en una esquina de la segunda planta de la Casa de Velázquez, donde previsiblemente dormía el conquistador español, que está orientada hacia el sur y desde allí se controla la cercana bahía, lo que le otorga al inmueble un indudable sentido militar, y también una imagen de Velázquez (i), en Santiago de Cuba, Cuba. La casa del Adelantado y primer gobernador de Cuba, el español Diego Velázquez de Cuéllar, es la más antigua de la isla y una de las más viejas de Latinoamérica, pero al mismo tiempo es un singular museo del Ambiente Histórico Cubano. El vetusto inmueble, construido entre 1516 y 1530, está ubicado a uno de los lados del cuadrilátero que conformó la antigua Plaza de Armas, hoy el céntrico Parque Céspedes, corazón de la vida en la calurosa ciudad de Santiago de Cuba de casi medio millón de habitantes. Los curiosos se acercan hoy a esa casa de inspiración morisca en busca de la historia de Velázquez, quien murió en ese inmueble en junio de 1524, después de fundar varias de las primeras villas coloniales en la isla, entre ellas, en 1515, a Santiago de Cuba. A lo largo de los años, la casa tuvo un destino incierto y pasó de mano en mano hasta que el historiador Francisco Prat Puig, un español asentado en Santiago de Cuba, inició una campaña para restaurarla y montar el museo a partir de 1970. En la casa, que es casi una fortaleza, estuvo asentada la Casa de Contratación, donde la corona controlaba el comercio entre España y Cuba, y la fundición de oro, un horno donde se procesaba el mineral extraído de las minas de la cercana cordillera, nombrada en la actualidad como Sierra Maestra. La singular casa ha resistido al paso del tiempo, para dejar constancia física de la huella de la colonia española en la isla y permite comprender, además, la relación histórica entre La Habana y Madrid. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Imagen del 28 de noviembre de 2017 de una vista del interior de la Casa de Velázquez, en Santiago de Cuba, Cuba. La casa del Adelantado y primer gobernador de Cuba, el español Diego Velázquez de Cuéllar, es la más antigua de la isla y una de las más viejas de Latinoamérica, pero al mismo tiempo es un singular museo del Ambiente Histórico Cubano. El vetusto inmueble, construido entre 1516 y 1530, está ubicado a uno de los lados del cuadrilátero que conformó la antigua Plaza de Armas, hoy el céntrico Parque Céspedes, corazón de la vida en la calurosa ciudad de Santiago de Cuba de casi medio millón de habitantes. Los curiosos se acercan hoy a esa casa de inspiración morisca en busca de la historia de Velázquez, quien murió en ese inmueble en junio de 1524, después de fundar varias de las primeras villas coloniales en la isla, entre ellas, en 1515, a Santiago de Cuba. A lo largo de los años, la casa tuvo un destino incierto y pasó de mano en mano hasta que el historiador Francisco Prat Puig, un español asentado en Santiago de Cuba, inició una campaña para restaurarla y montar el museo a partir de 1970. En la casa, que es casi una fortaleza, estuvo asentada la Casa de Contratación, donde la corona controlaba el comercio entre España y Cuba, y la fundición de oro, un horno donde se procesaba el mineral extraído de las minas de la cercana cordillera, nombrada en la actualidad como Sierra Maestra. La singular casa ha resistido al paso del tiempo, para dejar constancia física de la huella de la colonia española en la isla y permite comprender, además, la relación histórica entre La Habana y Madrid. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Imagen del 28 de noviembre de 2017 de una vista de la Catedral de Santiago de Cuba tomada desde una ventana de la Casa de Velázquez, en Santiago de Cuba, Cuba. La casa del Adelantado y primer gobernador de Cuba, el español Diego Velázquez de Cuéllar, es la más antigua de la isla y una de las más viejas de Latinoamérica, pero al mismo tiempo es un singular museo del Ambiente Histórico Cubano. El vetusto inmueble, construido entre 1516 y 1530, está ubicado a uno de los lados del cuadrilátero que conformó la antigua Plaza de Armas, hoy el céntrico Parque Céspedes, corazón de la vida en la calurosa ciudad de Santiago de Cuba de casi medio millón de habitantes. Los curiosos se acercan hoy a esa casa de inspiración morisca en busca de la historia de Velázquez, quien murió en ese inmueble en junio de 1524, después de fundar varias de las primeras villas coloniales en la isla, entre ellas, en 1515, a Santiago de Cuba. A lo largo de los años, la casa tuvo un destino incierto y pasó de mano en mano hasta que el historiador Francisco Prat Puig, un español asentado en Santiago de Cuba, inició una campaña para restaurarla y montar el museo a partir de 1970. En la casa, que es casi una fortaleza, estuvo asentada la Casa de Contratación, donde la corona controlaba el comercio entre España y Cuba, y la fundición de oro, un horno donde se procesaba el mineral extraído de las minas de la cercana cordillera, nombrada en la actualidad como Sierra Maestra. La singular casa ha resistido al paso del tiempo, para dejar constancia física de la huella de la colonia española en la isla y permite comprender, además, la relación histórica entre La Habana y Madrid. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Imagen del 28 de noviembre de 2017 de una vista del céntrico Parque Céspedes tomada desde una ventana de la Casa de Velázquez, en Santiago de Cuba, Cuba. La casa del Adelantado y primer gobernador de Cuba, el español Diego Velázquez de Cuéllar, es la más antigua de la isla y una de las más viejas de Latinoamérica, pero al mismo tiempo es un singular museo del Ambiente Histórico Cubano. El vetusto inmueble, construido entre 1516 y 1530, está ubicado a uno de los lados del cuadrilátero que conformó la antigua Plaza de Armas, hoy el céntrico Parque Céspedes, corazón de la vida en la calurosa ciudad de Santiago de Cuba de casi medio millón de habitantes. Los curiosos se acercan hoy a esa casa de inspiración morisca en busca de la historia de Velázquez, quien murió en ese inmueble en junio de 1524, después de fundar varias de las primeras villas coloniales en la isla, entre ellas, en 1515, a Santiago de Cuba. A lo largo de los años, la casa tuvo un destino incierto y pasó de mano en mano hasta que el historiador Francisco Prat Puig, un español asentado en Santiago de Cuba, inició una campaña para restaurarla y montar el museo a partir de 1970. En la casa, que es casi una fortaleza, estuvo asentada la Casa de Contratación, donde la corona controlaba el comercio entre España y Cuba, y la fundición de oro, un horno donde se procesaba el mineral extraído de las minas de la cercana cordillera, nombrada en la actualidad como Sierra Maestra. La singular casa ha resistido al paso del tiempo, para dejar constancia física de la huella de la colonia española en la isla y permite comprender, además, la relación histórica entre La Habana y Madrid. (Xinhua/Joaquín Hernández)
Imagen del 28 de noviembre de 2017 de la directora de la Casa de Velázquez, Leisys María Yaquet, mostrando uno de los antiguos muebles de la casa, en Santiago de Cuba, Cuba. La casa del Adelantado y primer gobernador de Cuba, el español Diego Velázquez de Cuéllar, es la más antigua de la isla y una de las más viejas de Latinoamérica, pero al mismo tiempo es un singular museo del Ambiente Histórico Cubano. El vetusto inmueble, construido entre 1516 y 1530, está ubicado a uno de los lados del cuadrilátero que conformó la antigua Plaza de Armas, hoy el céntrico Parque Céspedes, corazón de la vida en la calurosa ciudad de Santiago de Cuba de casi medio millón de habitantes. Los curiosos se acercan hoy a esa casa de inspiración morisca en busca de la historia de Velázquez, quien murió en ese inmueble en junio de 1524, después de fundar varias de las primeras villas coloniales en la isla, entre ellas, en 1515, a Santiago de Cuba. A lo largo de los años, la casa tuvo un destino incierto y pasó de mano en mano hasta que el historiador Francisco Prat Puig, un español asentado en Santiago de Cuba, inició una campaña para restaurarla y montar el museo a partir de 1970. En la casa, que es casi una fortaleza, estuvo asentada la Casa de Contratación, donde la corona controlaba el comercio entre España y Cuba, y la fundición de oro, un horno donde se procesaba el mineral extraído de las minas de la cercana cordillera, nombrada en la actualidad como Sierra Maestra. La singular casa ha resistido al paso del tiempo, para dejar constancia física de la huella de la colonia española en la isla y permite comprender, además, la relación histórica entre La Habana y Madrid. (Xinhua/Joaquín Hernández)
