TOKIO, 15 ago (Xinhua) -- El Gobierno japonés celebró este martes en Tokio la ceremonia anual para honrar a los muertos en la Segunda Guerra Mundial y "orar por la paz", aunque el primer ministro del país, Shinzo Abe, evitó, por quinto año consecutivo, hacer mención a las responsabilidades bélicas de Japón.
Por el contrario, el emperador japonés Akihito expresó, por tercera vez en el acto conmemorativo anual, su "profundo remordimiento" por la guerra y expresó su deseo de que haya paz mundial.
Abe, sin embargo, no hizo mención alguna a las atrocidades cometidas por Japón durante la guerra ni al sufrimiento que infligió a algunas naciones, entre ellas, China y Corea del Sur, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Tampoco se comprometió a no emprender una nueva guerra.
Desde que asumiese el cargo de primer ministro en 2012, Abe no ha hecho ninguna "reflexión" al respecto durante la efeméride.
Ignorando los sentimientos de los países vecinos de Japón, Abe, envió el martes por la mañana a su consejero especial Masahiko Shibayama a hacer una ofrenda ritual en su nombre como líder del gobernante Partido Liberal Democrático (LDP) al polémico santuario de Yasukuni, que honra a 14 criminales de guerra convictos tras la Segunda Guerra Mundial.
Es el quinto año consecutivo que Abe envía una ofrenda ritual al polémico santuario.