BRUSELAS, 21 feb (Xinhua) -- El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en su primera incursión diplomática a Bruselas desde que asumió el cargo, ha intentado disipar las dudas de la Unión Europea (UE) sobre la posición del nuevo gobierno de Washington hacia el bloque. Sin embargo, si la UE se cree lo que Pence dice está por ver.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que ha planteado "tres cuestiones principales", específicamente el orden internacional, la seguridad y la actitud de la nueva administración estadounidenses hacia la UE, durante su reunión del lunes con Pence, y ha recibido respuestas positivas a todas ellas.
No obstante, con el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, apodando a la UE "vehículo para Alemania", elogiando la salida de Reino Unido del bloque europeo y tachando de "obsoleta" a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la unión no está cien por cien segura de que Pence hable "en nombre del presidente Trump" tal y como él asegura.
Aunque Pence, en su discurso pronunciado durante la Conferencia de Seguridad de Múnich la semana pasada, subrayó el firme apoyo de EEUU a la OTAN, mantuvo la exigencia de la nueva administración estadounidense de que los miembros de la organización deben aumentar su gasto en defensa al 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
De lo contrario, EEUU modulará su compromiso a la seguridad de sus aliados, avisó.
Este enfoque del palo y la zanahoria ha suscitado oposición. Según algunas informaciones, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo, al margen de la conferencia de Múnich, que la UE no debería sucumbir ante la presión de Washington, afirmando que la inversión del bloque en desarrollo y ayuda humanitaria también debería ser vista como una inversión en seguridad.
Al hacerse eco del punto de vista de Juncker, la jefa de la política exterior de la UE, Federica Mogherini, cuestionó si el aumento de las capacidades militares es la única manera de mejorar la seguridad.
"Cuando inviertes en desarrollo, cuando inviertes en la lucha contra el cambio climático, también inviertes en tu propia seguridad", argumentó en Múnich Mogherini, quien subrayó la "vía europea".
Así, Mogherini amenazó con que la UE seguiría su propio camino. "Esto significa que la Unión Europea está trabajando para hacer más sobre su defensa como Unión Europea; no hay que mezclarla con la de la OTAN", afirmó, y añadió que la UE está poniendo en marcha un fondo para la defensa europea que respaldará el gasto en cooperación de los Estados miembros en esta materia.
Es obvio que la insistencia de EEUU en el reparto de los gastos de la OTAN ha desencadenado una reacción tan contundente que la UE está reflexionando sobre una defensa independiente, que la aleja de su viejo aliado estadounidense.
Para echar aún más leña al fuego, las políticas del "Estados Unidos primero" de Trump podrían involucrar a la EU en un conflicto comercial.
Después de asumir el cargo el pasado 20 de enero, Trump prometió lanzar el citado "Estados Unidos primero" y adoptar duras medidas contra aquellos países que tienen grandes superávits con su país. Como resultado, Alemania, que tiene un superávit comercial de 64.800 millones de dólares con EEUU, se ha convertido en un objetivo principal para Trump.
Dado el ataque de Trump contra Alemania por "manipular el euro" y la actitud de la canciller germana, Angela Merkel, de pagarle con la misma moneda, un conflicto, si no una guerra comercial, es probable. Una disputa entre Washington y Berlín, el líder de la UE, afectaría con seguridad a otros países del bloque.
Existe el riesgo de que la administración Trump esté abandonando una tradición de 70 años en las relaciones transatlánticas, basadas en los valores comunes. La UE, claramente, está más interesada en las acciones de Trump que en las palabras de Pence.