BEIJING, 30 dic (Xinhua) -- China tuvo en 2016 un papel constructivo en la mejora de la gobernanza económica global para lograr una cooperación de ganar-ganar y una estructura de gobernanza más razonable.
Como un actor importante y firme partidario de las plataformas existentes, incluidas la Organización de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el país ha contribuido tanto con ideas como con acciones para abordar los aspectos poco racionales e injustos de la gobernanza global.
Por ejemplo, las cuotas actuales del FMI no reflejan las realidades económicas. Este año, China pidió en varias ocasiones al FMI que incrementara los recursos de las cuotas y revisara la distribución de las cuotas y los votos para garantizar un reflejo justo de las economías emergentes y en desarrollo.
China también hizo otras recomendaciones para mejorar la arquitectura financiera internacional, incluida la revisión del uso más amplio de los derechos de especiales de giro, el fortalecimiento de la Red Global de Seguridad Financiera y el mejoramiento de los procesos de reestructuración de deuda.
Debido a que las negociaciones comerciales de la ronda de Doha de la OMC han trastabillado durante años a causa de temas complejos, las naciones, incluida China, han estado explorando nuevas maneras de promover el crecimiento del comercio global y ampliar la cooperación de beneficio mutuo.
Esa fue la explicación perfecta para el surgimiento de múltiples marcos nuevos, incluidas la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) y la Asociación Económica Integral Regional, que sigue en negociaciones.
Después de tres años de desarrollo, la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China en 2013 ha generado cambios a la gente y países a lo largo de la antigua ruta comercial.
Con la participación de más de 100 países y organizaciones internacionales, la iniciativa desarrolló este año diversos proyectos importantes, incluida la construcción de puertos y ferrocarriles.
El BAII, un banco multilateral propuesto por China fundado a fines de 2015, ha prestado una suma total de 1.730 millones de dólares en nueve proyectos de infraestructura en siete países desde principios de este año.
El préstamo más reciente se hizo para un proyecto de gas natural en Azerbaiyán, que involucra la construcción del ducto entre Azerbaiyán y Turquía y ayuda a crear empleos en ambos países.
China también ofreció su sabiduría y soluciones para enfrentar los desafíos creados por la desaceleración de la economía mundial en la cumbre del Grupo de los 20 (G20) realizada en septiembre en la ciudad china oriental de Hangzhou.
Por primera vez, la cumbre puso al desarrollo en el centro del marco de la macropolítica global e hizo un plan de acción innovador para implementar la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Por primera vez, la cumbre también incluyó en su agenda al financiamiento verde y estableció el primer marco global para reglas multilaterales destinadas a controlar la inversión y dejó una huella clara de China en la historia del G20.
Ocasionalmente, China ha mostrado al mundo su capacidad para convertir la visión en consenso y las propuestas constructivas en realidad.
Al ver el éxito en las plataformas propuestas por China, el mundo seguramente tendrá más confianza y una mayor expectativa en el papel de China para mejorar la gobernanza económica global.
