Perfil: Ex presidente de FIFA Joao Havelange muere a los 100 años

Spanish.xinhuanet.com   2016-08-17 02:32:30

RIO DE JANEIRO, 16 ago (Xinhua) -- El ex presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, murió hoy a los 100 años en Río de Janeiro, debido a problemas respiratorios que llevaron a una infección generalizada, informó el hospital Samaritano, donde estaba internado.

Havelange fue durante décadas uno de los más poderosos dirigentes de la historia del deporte mundial, y jugó un papel destacado en la campaña que llevó a Río a convertirse en la primera sede olímpica de Sudamérica, cuando escribió cartas personales a cada uno de los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), en las que los invitó a unirse a él en los festejos de su centenario en la ciudad.

En la votación del 2 de octubre de 2009 en Copenhague, Dinamarca, reiteró la invitación en su discurso previo a la elección que garantizó a Río el derecho a organizar a los Juegos de 2016.

Sin embargo, en los siete años que se pasaron entre la elección y la realización de Río 2016, su sueño de llegar a los 100 años honrado por sus pares se desmoronó después de que una investigación de la comisión ética de la FIFA concluyó que Havelange, que presidió la entidad de 1974 a 1998, recibió sobornos de la empresa de comercialización de derechos deportivos ISL en la década de 1990.

A raíz de las investigaciones sobre el escándalo, el dirigente renunció en abril de 2013 al puesto de presidente honorario de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).

Antes, en 2011, Havelange renunció a su condición de miembro vitalicio del COI, al alegar "razones de salud" en ambos los casos para evitar un cese deshonroso.

Desde su renuncia al COI pasó a evitar apariciones públicas.

La última fue en diciembre de 2011, cuando, al ser preguntado sobre el tema Havelange respondió "déjenme en paz".

Nacido en Río de Janeiro el 8 de mayo de 1916, hijo de padre belga que se enriqueció con la venta de armas y municiones, Jean-Marie Goedefroid de Havelange, el ex presidente de la FIFA tuvo vínculos con el deporte desde la adolescencia, cuando fue futbolista e integró el equipo juvenil del Fluminense, su club del corazón.

Luego se dedicó a la natación y al waterpolo, al participar como nadador en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y como jugador de waterpolo en los de Helsinski 1952.

De manera paralela se dedicó a la abogacía, se hizo empresario y presidió durante 58 años una compañía de transportes mientras siguió la carrera de dirigente deportivo, iniciada en 1958 en la entonces Confederación Brasileña de Deportes, mas tarde transformada en el Confederacion Brasileña de Futbol (CBF).

La actuación de la selección brasileña que se alzó al tricampeonato mundial durante su mandato le abrió camino para llegar a la presidencia de la FIFA en 1974.

En sus 24 años al frente de la entidad, Havelange provocó una verdadera revolución que convirtió el antes modesto ente rector del fútbol mundial en una máquina de hacer dinero con enorme poder político.

La base de su actuación fue tratar el fútbol como un producto comercial, para lo cual amplió el número de afiliados -hoy son 208 países, más que los que integran la ONU, duplicó de 16 a 32 el número de selecciones que participan en los Mundiales y atrajo a patrocinadores poderosos.

"Cuando llegué a la FIFA, había solamente 20 dólares en caja. Cuando abandone el cargo, había 4.000 millones de dólares", solía recordar, orgulloso el dirigente, quien consiguió imponer a su protegido, el suizo Joseph Blatter, como su sucesor.

Tras dejar la FIFA, Havelange siguió siendo un dirigente de gran prestigio en el mundo deportivo en su país y en el exterior.

Cuando Río de Janeiro se convirtió en sede de los Juegos Panamericanos de 2007, el estadio olímpico construido para la ocasión fue bautizado con su nombre y su presencia era frecuente en eventos, en reportajes y en homenajes.

Su prestigio empezó a desmoronarse cuando aparecieron las primeras denuncias sobre el cobro de sobornos de ISL, divulgadas por el periodista británico Andrew Jennings, de la BBC y luego renunció al COI para evitar investigaciones que la entidad estaba a punto de hacer.

No obstante, se mantuvo como presidente honorario de la FIFA hasta 2013, cuando las denuncias llevaron a la comisión de ética de la entidad a realizar una investigación y concluir que Havelange recibió sobornos de la ISL, empresa que obtuvo los derechos para varios mundiales de fútbol, antes de su liquidación en 2001, al sobornar a altos dirigentes.

Desde ese entonces, el nombre de Havelange comenzó a ser citado solamente en las varias veces en que fue internado en el Hospital Samaritano de Río o en reportajes sobre la corrupción en la FIFA que, a la postre, llevó a la caída de Blatter.

Havelange logró cumplir su deseo de llegar al centenario, pero no disfrutó los últimos años, debido a sus enfermedades y a que fue considerada una "persona non grata" por sus vínculos con la corrupción.

El dirigente vivió lo suficiente para ver su nombre retirado del estadio olímpico, que ahora se llama oficialmente estadio Nilton Santos, en homenaje a uno de los grandes jugadores de fútbol de Brasil que vistió la camisa del Botafogo, club al cual el estadio ha sido arrendado.

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Perfil: Ex presidente de FIFA Joao Havelange muere a los 100 años

Spanish.xinhuanet.com 2016-08-17 02:32:30

RIO DE JANEIRO, 16 ago (Xinhua) -- El ex presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, murió hoy a los 100 años en Río de Janeiro, debido a problemas respiratorios que llevaron a una infección generalizada, informó el hospital Samaritano, donde estaba internado.

Havelange fue durante décadas uno de los más poderosos dirigentes de la historia del deporte mundial, y jugó un papel destacado en la campaña que llevó a Río a convertirse en la primera sede olímpica de Sudamérica, cuando escribió cartas personales a cada uno de los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI), en las que los invitó a unirse a él en los festejos de su centenario en la ciudad.

En la votación del 2 de octubre de 2009 en Copenhague, Dinamarca, reiteró la invitación en su discurso previo a la elección que garantizó a Río el derecho a organizar a los Juegos de 2016.

Sin embargo, en los siete años que se pasaron entre la elección y la realización de Río 2016, su sueño de llegar a los 100 años honrado por sus pares se desmoronó después de que una investigación de la comisión ética de la FIFA concluyó que Havelange, que presidió la entidad de 1974 a 1998, recibió sobornos de la empresa de comercialización de derechos deportivos ISL en la década de 1990.

A raíz de las investigaciones sobre el escándalo, el dirigente renunció en abril de 2013 al puesto de presidente honorario de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).

Antes, en 2011, Havelange renunció a su condición de miembro vitalicio del COI, al alegar "razones de salud" en ambos los casos para evitar un cese deshonroso.

Desde su renuncia al COI pasó a evitar apariciones públicas.

La última fue en diciembre de 2011, cuando, al ser preguntado sobre el tema Havelange respondió "déjenme en paz".

Nacido en Río de Janeiro el 8 de mayo de 1916, hijo de padre belga que se enriqueció con la venta de armas y municiones, Jean-Marie Goedefroid de Havelange, el ex presidente de la FIFA tuvo vínculos con el deporte desde la adolescencia, cuando fue futbolista e integró el equipo juvenil del Fluminense, su club del corazón.

Luego se dedicó a la natación y al waterpolo, al participar como nadador en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y como jugador de waterpolo en los de Helsinski 1952.

De manera paralela se dedicó a la abogacía, se hizo empresario y presidió durante 58 años una compañía de transportes mientras siguió la carrera de dirigente deportivo, iniciada en 1958 en la entonces Confederación Brasileña de Deportes, mas tarde transformada en el Confederacion Brasileña de Futbol (CBF).

La actuación de la selección brasileña que se alzó al tricampeonato mundial durante su mandato le abrió camino para llegar a la presidencia de la FIFA en 1974.

En sus 24 años al frente de la entidad, Havelange provocó una verdadera revolución que convirtió el antes modesto ente rector del fútbol mundial en una máquina de hacer dinero con enorme poder político.

La base de su actuación fue tratar el fútbol como un producto comercial, para lo cual amplió el número de afiliados -hoy son 208 países, más que los que integran la ONU, duplicó de 16 a 32 el número de selecciones que participan en los Mundiales y atrajo a patrocinadores poderosos.

"Cuando llegué a la FIFA, había solamente 20 dólares en caja. Cuando abandone el cargo, había 4.000 millones de dólares", solía recordar, orgulloso el dirigente, quien consiguió imponer a su protegido, el suizo Joseph Blatter, como su sucesor.

Tras dejar la FIFA, Havelange siguió siendo un dirigente de gran prestigio en el mundo deportivo en su país y en el exterior.

Cuando Río de Janeiro se convirtió en sede de los Juegos Panamericanos de 2007, el estadio olímpico construido para la ocasión fue bautizado con su nombre y su presencia era frecuente en eventos, en reportajes y en homenajes.

Su prestigio empezó a desmoronarse cuando aparecieron las primeras denuncias sobre el cobro de sobornos de ISL, divulgadas por el periodista británico Andrew Jennings, de la BBC y luego renunció al COI para evitar investigaciones que la entidad estaba a punto de hacer.

No obstante, se mantuvo como presidente honorario de la FIFA hasta 2013, cuando las denuncias llevaron a la comisión de ética de la entidad a realizar una investigación y concluir que Havelange recibió sobornos de la ISL, empresa que obtuvo los derechos para varios mundiales de fútbol, antes de su liquidación en 2001, al sobornar a altos dirigentes.

Desde ese entonces, el nombre de Havelange comenzó a ser citado solamente en las varias veces en que fue internado en el Hospital Samaritano de Río o en reportajes sobre la corrupción en la FIFA que, a la postre, llevó a la caída de Blatter.

Havelange logró cumplir su deseo de llegar al centenario, pero no disfrutó los últimos años, debido a sus enfermedades y a que fue considerada una "persona non grata" por sus vínculos con la corrupción.

El dirigente vivió lo suficiente para ver su nombre retirado del estadio olímpico, que ahora se llama oficialmente estadio Nilton Santos, en homenaje a uno de los grandes jugadores de fútbol de Brasil que vistió la camisa del Botafogo, club al cual el estadio ha sido arrendado.

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