Por Noemí Galbán
LA HABANA, 18 jul (Xinhua) -- El avance de los diálogos entre Cuba y Estados Unidos es un tema que suscita la atención mediática internacional.
Los antiguos rivales de la Guerra Fría, un año después del restablecimiento formal de las relaciones diplomáticas, se reconocen entre sí como interlocutores válidos para discutir en igualdad de condiciones asuntos de interés bilateral.
El aspecto económico se ubica entonces entre las prioridades de las negociaciones que, sin exceptuar las diferencias existentes en cuanto a modelos y parámetros a tomar en consideración por ambas partes, progresa a un ritmo más lento del esperado por los cubanos, de acuerdo a los anuncios realizados por el presidente estadounidense, Barack Obama.
"Ha habido ciertas aperturas durante el último año pero son insuficientes. El gobierno norteamericano va permitiendo a cuentagotas a algunas empresas establecer negocios en Cuba y ese cuentagotas es un gran compás de espera político para ver si Cuba resiste o se desmorona", señaló Esteban Morales, doctor en Ciencias Económicas.
De ahí que a pesar de los cuatro paquetes de medidas ejecutivas aprobadas por Obama para flexibilizar los nexos en esta y otras esferas, el impacto real de las mismas en la sociedad cubana sea casi imperceptible, indicó el también profesor titular de la Universidad de La Habana en diálogo con Xinhua.
El investigador además apuntó que no les está permitido a las compañías norteñas interesadas en establecer negocios con Cuba hacerlo libremente y todo el potencial que existe en áreas como biotecnología, productos farmacéuticos, servicios profesionales, turismo y otras, siguen a la espera de la "prometida apertura".
"Estoy seguro que si Obama le dice al capital financiero que venga a negociar directamente con los cubanos lo harían sin pensarlo, eso para nosotros sería formidable pero no ha ocurrido", lamentó.
En este sentido, Morales destacó el hecho de que el jefe de Estado norteamericano informó en marzo pasado su decisión de autorizar a que Cuba utilice en sus transacciones comerciales internacionales, el dólar estadounidense.
Uno de los viejos reclamos de La Habana que hasta el momento no ha tenido respuesta, pues de acuerdo con recientes declaraciones del presidente cubano, Raúl Castro, cuatro meses después de ese anuncio, la isla aún no ha podido concretar ninguna operación de esta índole.
Al mismo tiempo, el experto se refirió a las oportunidades de inversión que se presentan para los empresarios cubano-estadounidenses, muchos de ellos divorciados de las rencillas políticas pasadas que distanciaron por décadas a la emigración de su país natal.
"Obama también puede decirles a ellos que vengan y que se olviden de la compensación de 7.000 millones de dólares que piden por las nacionalizaciones que hizo en los años 60 el gobierno revolucionario, sobre todo porque la deuda que ellos tienen con Cuba es de 121.000 millones", recordó.
El analista caribeño enfatizó además que en esta ecuación persiste una variable hasta el momento imposible de despejar, el boqueo económico, comercial y financiero impuesto unilateralmente por Washington contra La Habana desde 1962.
"El bloqueo no es sólo una ley, es un entramado que es necesario ir destrabando e implica que nosotros tomemos todo lo posible en este proceso de negociación pero al mismo tiempo prepararnos y fortalecernos para una espera un poco más larga", advirtió Morales.
En ese sentido, el economista consideró que hubo un retroceso con relación a este punto en las recientes disposiciones del Congreso norteamericano, al ser retiradas enmiendas que permitirían a los estadounidenses viajar libremente a Cuba y viabilizar el comercio agrícola con la isla sin las actuales condiciones de pago en efectivo y por adelantado.
Desde el año 2001, el Congreso norteamericano autorizó la venta de productos agropecuarios a Cuba bajo la condición de que el pago fuera en efectivo, sin la posibilidad de acceder a créditos para esas transacciones.
Cifras oficiales registran que las operaciones durante los últimos 14 años de comercio restringido en esta esfera alcanzan los 5.000 millones de dólares, monto que superaría los 21.000 millones en los primeros cincos años de levantarse el bloqueo.
"Se veía también la posibilidad de que se aprobara una disposición legal para que los norteamericanos viajaran a Cuba como turistas y esa avalancha previsible de visitantes sería muy importante para el país porque es una de sus fuentes principales de ingreso", acotó el economista.
Mientras tanto, sí fueron aprobadas otras enmiendas como parte del proyecto de ley del presupuesto de servicios financieros y gastos generales del gobierno norteamericano para el año fiscal 2017, las cuales incluyen prohibir la importación de bienes relacionados con las nacionalizaciones hechas por el gobierno cubano.
A juicio del experto, existen contradicciones entre las intenciones de Obama y lo que realmente se ha logrado, lo cual se debe al trasfondo político, aunque reconoció que es el mandatario que más se "ha arriesgado" y ha hecho en relación a Cuba.
El catedrático a su vez criticó que las medidas ejecutivas adoptadas por Obama desde el punto de vista económico han sido desde una perspectiva unilateral y han estado enfocadas en favorecer a sectores muy específicos de la sociedad cubana, como es el caso de los cuentapropistas y los pequeños y medianos empresarios privados.
"El marcado interés de Obama por conectarse directamente con el emergente sector privado responde a una estrategia política. Ese es el sector que le interesa empoderar para que luego reclame espacios y promueva un eventual cambio de régimen en Cuba. La única realidad es que Estados Unidos lo que desea es volver a recuperar Cuba, esta vez por métodos distintos", alertó Morales.
De acuerdo con el investigador, este hecho no demerita el proceso de acercamiento en sí, pues de materializarse acuerdos importantes de cooperación bilateral en todas las áreas, sería beneficioso para La Habana.
"Hay perspectivas de cooperación en el futuro cercano en renglones como la salud, deporte, producción de vacunas, productos biotecnológicos y farmacéuticos. Hay potencialidades de colaboración y tenemos que aprovecharlas al máximo para evitar un retroceso en nuestro modelo", puntualizó.
Morales a su vez recomendó redoblar esfuerzos para mejorar la situación económica interna de Cuba, inmersa además en un proceso de actualización de su modelo socialista.
Ello implica perfeccionar el funcionamiento de la sociedad a partir de una alianza entre el Estado, responsable de los medios de producción fundamentales y la prestación gratuita de servicios sociales básicos, y el sector privado, encargado de contribuir al desarrollo del país sin convertirse en una forma de propiedad predominante.