ANALISIS: Cuba y EEUU hacia una convivencia respetuosa entre contrarios, asegura experto cubano

Spanish.xinhuanet.com   2016-07-16 02:40:36

Por Noemí Galbán

LA HABANA, 15 jul (Xinhua) -- Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han estado signadas desde 1959 por las tensiones, la controversia y los conflictos que para muchos parecían irreconciliables por su naturaleza histórica e incluso doctrinaria.

No obstante, el anuncio público de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre de 2014 sobre la decisión de ambos gobiernos de restablecer los vínculos diplomáticos, demostró que tal severación adquirió un nuevo contenido.

Se inició así un proceso hacia la normalización de los nexos bilaterales, que el profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) de Cuba, Jesús Arboleya, denominó en entrevista concedida a Xinhua de "convivencia entre contrarios".

Un nuevo capítulo que tuvo como punto de partida formal, la reapertura de la embajada cubana en Washington el 20 de julio de 2015 y la de Estados Unidos en La Habana poco menos de un mes más tarde, tras 55 años de ruptura de relaciones diplomáticas.

Otro momento cumbre fue la visita oficial a la isla de Obama en marzo del presente año, cuando por primera vez en los últimos 88 años un mandatario estadounidense en funciones arribó a la nación caribeña.

Esos pasos confirmaron cómo la negociación ha ganado espacio sobre el conflicto, la hostilidad de las partes y el nivel de intransigencia característico con anterioridad entre los dos países.

A juicio de Jesús Arboleya, también doctor en Ciencias Históricas, uno de los elementos a destacar en este resultado es la organización de las conversaciones, las cuales han partido de un criterio de igualdad y respeto mutuo entre ambas naciones.

De igual forma, el establecimiento de una Comisión Bilateral encargada de conducir el proceso y detectar los aspectos más importantes para ser sometidos a debate.

Ello ha implicado la participación de un gran número de funcionarios encargados de facilitar el diálogo y evitar las distorsiones o trabas que puede conllevar la intervención de la burocracia.

"Estas relaciones de respeto, es la primera vez que se concretan y se mantendrán así en la medida en que Cuba exija ese respeto. En la primera oportunidad en que Estados Unidos pueda restablecer un orden de dependencia de Cuba respecto a su política, lo hará, y de hecho es lo que aspira hacer", advirtió Arboleya.

De acuerdo con el analista internacional, esas pretensiones hegemónicas definen en gran medida la postura de la Casa Blanca no sólo hacia La Habana, sino con el resto del mundo; lo cual prevé que a pesar del avance experimentado en el último año, las relaciones no estarán exentas de inconvenientes de cara al futuro.

Resaltó que en este escenario hay una variable muy importante, Cuba, y desde su punto de vista, las relaciones progresarán mientras el gobierno de la isla sea capaz de mantener su estabilidad social, política interna, mejorar la situación económica y fortalecer las relaciones internacionales.

"Desde algunos sectores de la izquierda se percibe este proceso como tóxico para el socialismo cubano, pudiera serlo, eso depende de cómo lo manejemos. Pero sin duda es un contexto donde Cuba tiene un respiro en el área económica y en lo político se remarca que esta es la victoria de la resistencia cubana", señaló Arboleya.

El experto recordó en este sentido que el propio presidente Obama ha reconocido el fracaso de la obsoleta política agresiva de Washington contra La Habana aplicada por más de medio siglo y con ello la necesidad de buscar nuevas vías para lograr los objetivos de siempre: promover un cambio de régimen en la nación caribeña.

"Cuba va a ganar y perder en sus relaciones con Estados Unidos, como el mismo Estados Unidos va a ganar y perder en sus relaciones con Cuba. El reto es aprovechar las oportunidades que brinda la nueva coyuntura y hacer un balance que yo creo va a ser positivo para ambos países", indicó.

Muestra de ello son los acuerdos suscritos hasta la fecha entre ambas naciones en más de 10 áreas de interés común, como la protección del medio ambiente; el enfrentamiento a delitos como el narcotráfico, el terrorismo internacional y el tráfico de personas; salud, y telecomunicaciones, entre otros.

En el plano económico, el catedrático manifestó que Cuba rescataría su mercado natural a partir del acceso a los productos estadounidenses.

Este hecho cambiará la escala y condiciones en que la isla puede relacionarse con el resto del mundo, al tiempo que le permite insertarse en ese contexto de una manera más ventajosa, sin llegar a un nivel de dependencia económica que afecte su soberanía nacional.

"La nueva situación también limita las acciones más agresivas de Estados Unidos hacia Cuba que son el terrorismo y la invasión militar", sostuvo.

Complementó que "Cuba ha tenido que vivir con esa tensión durante más de 50 años. No digo que no puedan ocurrir bajo otras coyunturas, pero en la actual esas opciones han limitado considerablemente su probabilidad".

No obstante, aún persisten escollos por superar, como es el constante reclamo del gobierno caribeño respecto al levantamiento del bloqueo impuesto unilateralmente por Washington contra La Habana desde hace medio siglo, considerado el principal obstáculo para el desarrollo de la economía local.

Se suma la exigencia de Cuba para que sea devuelto el territorio ocupado por la Base Naval estadounidense en Guantánamo (oriente) y la eliminación de políticas migratorias y programas para la "promoción de la democracia" que continúan aplicándose, las cuales le imprimieron a las relaciones bilaterales un carácter hostil en el pasado, señaló el experto.

Otro factor a tomar en consideración, es la relación de EEUU con América Latina, pues en buena medida el cambio de actitud de Obama se debió al auge de los procesos izquierdistas en la región y a la presión que los países del área hicieron respecto a la integración de la isla a los mecanismos hemisféricos.

"Esa situación ha cambiado en el último año, y lo que se ha visto es una ofensiva de la derecha que ha puesto en crisis y en otros casos derrocado a gobiernos progresistas", expuso.

El profesor alertó que "hoy en día el escenario latinoamericano que sirvió de base a la nueva política hacia Cuba tiene otro signo y ese va a ser también motivo de conflicto".

En otro momento de la entrevista, Arboleya se refirió al panorama electoral que distingue la actual carrera presidencial en Estados Unidos, donde ambos candidatos, Hillary Clinton por los demócratas y Donald Trump por los republicanos, tienen similares posibilidades de resultar vencedores.

Consideró al respecto que Cuba tiene que prepararse para cualquier circunstancia, sin embargo, pronosticó que el acercamiento entre ambos países va a continuar.

"El proceso ha marchado relativamente bien y se han creado las bases para que sea difícilmente reversible por parte de cualquiera que gane las elecciones de noviembre", dijo el entrevistado.

Apuntó que "aunque resulta necesario que se concreten pasos que blinden la política y en ese caso lo más importante sería el establecimiento de negocios con grandes empresas".

El profesor universitario subrayó además que Cuba está viviendo hoy sus propias contradicciones y transformaciones, enmarcadas en este proceso hacia la normalización de las relaciones con EEUU que, a su juicio, debiera fortalecer en la isla el concepto de que es posible resistir incluso en las peores condiciones.

Los nuevos retos no van encaminados entonces a la disposición del sacrificio del pueblo, como ocurrió en décadas pasadas, sino que se concentran en la inteligencia de las personas para saber definir lo que realmente les conviene, cuándo y cómo.

"Todo eso implica la necesidad de construir nuevos consensos. El mensaje político debe transformarse y eso lo tienen que hacer los jóvenes, porque en el 2018 viene el cambio generacional de la dirigencia política cubana y hay que empezar una nueva historia", enfatizó Arboleya.

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Spanish.xinhuanet.com 2016-07-16 02:40:36

Por Noemí Galbán

LA HABANA, 15 jul (Xinhua) -- Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han estado signadas desde 1959 por las tensiones, la controversia y los conflictos que para muchos parecían irreconciliables por su naturaleza histórica e incluso doctrinaria.

No obstante, el anuncio público de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre de 2014 sobre la decisión de ambos gobiernos de restablecer los vínculos diplomáticos, demostró que tal severación adquirió un nuevo contenido.

Se inició así un proceso hacia la normalización de los nexos bilaterales, que el profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) de Cuba, Jesús Arboleya, denominó en entrevista concedida a Xinhua de "convivencia entre contrarios".

Un nuevo capítulo que tuvo como punto de partida formal, la reapertura de la embajada cubana en Washington el 20 de julio de 2015 y la de Estados Unidos en La Habana poco menos de un mes más tarde, tras 55 años de ruptura de relaciones diplomáticas.

Otro momento cumbre fue la visita oficial a la isla de Obama en marzo del presente año, cuando por primera vez en los últimos 88 años un mandatario estadounidense en funciones arribó a la nación caribeña.

Esos pasos confirmaron cómo la negociación ha ganado espacio sobre el conflicto, la hostilidad de las partes y el nivel de intransigencia característico con anterioridad entre los dos países.

A juicio de Jesús Arboleya, también doctor en Ciencias Históricas, uno de los elementos a destacar en este resultado es la organización de las conversaciones, las cuales han partido de un criterio de igualdad y respeto mutuo entre ambas naciones.

De igual forma, el establecimiento de una Comisión Bilateral encargada de conducir el proceso y detectar los aspectos más importantes para ser sometidos a debate.

Ello ha implicado la participación de un gran número de funcionarios encargados de facilitar el diálogo y evitar las distorsiones o trabas que puede conllevar la intervención de la burocracia.

"Estas relaciones de respeto, es la primera vez que se concretan y se mantendrán así en la medida en que Cuba exija ese respeto. En la primera oportunidad en que Estados Unidos pueda restablecer un orden de dependencia de Cuba respecto a su política, lo hará, y de hecho es lo que aspira hacer", advirtió Arboleya.

De acuerdo con el analista internacional, esas pretensiones hegemónicas definen en gran medida la postura de la Casa Blanca no sólo hacia La Habana, sino con el resto del mundo; lo cual prevé que a pesar del avance experimentado en el último año, las relaciones no estarán exentas de inconvenientes de cara al futuro.

Resaltó que en este escenario hay una variable muy importante, Cuba, y desde su punto de vista, las relaciones progresarán mientras el gobierno de la isla sea capaz de mantener su estabilidad social, política interna, mejorar la situación económica y fortalecer las relaciones internacionales.

"Desde algunos sectores de la izquierda se percibe este proceso como tóxico para el socialismo cubano, pudiera serlo, eso depende de cómo lo manejemos. Pero sin duda es un contexto donde Cuba tiene un respiro en el área económica y en lo político se remarca que esta es la victoria de la resistencia cubana", señaló Arboleya.

El experto recordó en este sentido que el propio presidente Obama ha reconocido el fracaso de la obsoleta política agresiva de Washington contra La Habana aplicada por más de medio siglo y con ello la necesidad de buscar nuevas vías para lograr los objetivos de siempre: promover un cambio de régimen en la nación caribeña.

"Cuba va a ganar y perder en sus relaciones con Estados Unidos, como el mismo Estados Unidos va a ganar y perder en sus relaciones con Cuba. El reto es aprovechar las oportunidades que brinda la nueva coyuntura y hacer un balance que yo creo va a ser positivo para ambos países", indicó.

Muestra de ello son los acuerdos suscritos hasta la fecha entre ambas naciones en más de 10 áreas de interés común, como la protección del medio ambiente; el enfrentamiento a delitos como el narcotráfico, el terrorismo internacional y el tráfico de personas; salud, y telecomunicaciones, entre otros.

En el plano económico, el catedrático manifestó que Cuba rescataría su mercado natural a partir del acceso a los productos estadounidenses.

Este hecho cambiará la escala y condiciones en que la isla puede relacionarse con el resto del mundo, al tiempo que le permite insertarse en ese contexto de una manera más ventajosa, sin llegar a un nivel de dependencia económica que afecte su soberanía nacional.

"La nueva situación también limita las acciones más agresivas de Estados Unidos hacia Cuba que son el terrorismo y la invasión militar", sostuvo.

Complementó que "Cuba ha tenido que vivir con esa tensión durante más de 50 años. No digo que no puedan ocurrir bajo otras coyunturas, pero en la actual esas opciones han limitado considerablemente su probabilidad".

No obstante, aún persisten escollos por superar, como es el constante reclamo del gobierno caribeño respecto al levantamiento del bloqueo impuesto unilateralmente por Washington contra La Habana desde hace medio siglo, considerado el principal obstáculo para el desarrollo de la economía local.

Se suma la exigencia de Cuba para que sea devuelto el territorio ocupado por la Base Naval estadounidense en Guantánamo (oriente) y la eliminación de políticas migratorias y programas para la "promoción de la democracia" que continúan aplicándose, las cuales le imprimieron a las relaciones bilaterales un carácter hostil en el pasado, señaló el experto.

Otro factor a tomar en consideración, es la relación de EEUU con América Latina, pues en buena medida el cambio de actitud de Obama se debió al auge de los procesos izquierdistas en la región y a la presión que los países del área hicieron respecto a la integración de la isla a los mecanismos hemisféricos.

"Esa situación ha cambiado en el último año, y lo que se ha visto es una ofensiva de la derecha que ha puesto en crisis y en otros casos derrocado a gobiernos progresistas", expuso.

El profesor alertó que "hoy en día el escenario latinoamericano que sirvió de base a la nueva política hacia Cuba tiene otro signo y ese va a ser también motivo de conflicto".

En otro momento de la entrevista, Arboleya se refirió al panorama electoral que distingue la actual carrera presidencial en Estados Unidos, donde ambos candidatos, Hillary Clinton por los demócratas y Donald Trump por los republicanos, tienen similares posibilidades de resultar vencedores.

Consideró al respecto que Cuba tiene que prepararse para cualquier circunstancia, sin embargo, pronosticó que el acercamiento entre ambos países va a continuar.

"El proceso ha marchado relativamente bien y se han creado las bases para que sea difícilmente reversible por parte de cualquiera que gane las elecciones de noviembre", dijo el entrevistado.

Apuntó que "aunque resulta necesario que se concreten pasos que blinden la política y en ese caso lo más importante sería el establecimiento de negocios con grandes empresas".

El profesor universitario subrayó además que Cuba está viviendo hoy sus propias contradicciones y transformaciones, enmarcadas en este proceso hacia la normalización de las relaciones con EEUU que, a su juicio, debiera fortalecer en la isla el concepto de que es posible resistir incluso en las peores condiciones.

Los nuevos retos no van encaminados entonces a la disposición del sacrificio del pueblo, como ocurrió en décadas pasadas, sino que se concentran en la inteligencia de las personas para saber definir lo que realmente les conviene, cuándo y cómo.

"Todo eso implica la necesidad de construir nuevos consensos. El mensaje político debe transformarse y eso lo tienen que hacer los jóvenes, porque en el 2018 viene el cambio generacional de la dirigencia política cubana y hay que empezar una nueva historia", enfatizó Arboleya.

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