BEIJING, 15 jul (Xinhua) -- Para aclarar las aguas del Mar Meridional de China que fueron enturbiadas por el caso de arbitraje promovido por el anterior gobierno de Filipinas, el nuevo gobierno filipino necesita tomar acciones concretas en lugar de sólo expresar lindas palabras.
En su gesto más reciente de rompimiento del hielo en las relaciones bilaterales con China a causa del ridículo "fallo", el nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró el jueves que solicitó al ex presidente filipino Fidel Ramos ayuda para sostener conversaciones con China sobre las disputas en el Mar Meridional de China. Eso representa una primera acción concreta y constructiva para resolver realmente las disputas con China.
Desde que Duterte asumió el cargo el 30 de junio, ha dado una serie de señales positivas para tratar de mejorar las frías relaciones con China. El presidente declaró que no tener una guerra con China y que no está interesado en permitir que su país se sume a la acción estadounidense de "libre navegación".
Los gestos de Duterte han dado a la gente algo de confianza de que el nuevo gobierno de Filipinas está tratando de limpiar el desorden que dejó su predecesor, Benigno S. Aquino III, y de llevar sus relaciones con China de vuelta al camino correcto.
El inválido arbitraje sobre el Mar Meridional de China, junto con la subsecuente manipulación política y el alboroto promovido por los medios informativos occidentales, ha sido un mal ejemplo del abuso del derecho internacional y llevó el asunto a una situación peligrosa y de confrontación.
La actual tensión no es buena para las relaciones entre China y Filipinas, ni para la paz y la estabilidad de la región de Asia-Pacífico. Llevar las disputas al camino correcto de solución servirá a los intereses de ambas partes.
La dirigencia china señaló el martes que China está lista para resolver las disputas pacíficamente a través de la negociación y de consultas con los Estados directamente involucrados. China hará todos los esfuerzos para buscar resultados de ganar-ganar y para mantener la paz, que es tan vital para la estabilidad y la prosperidad en la región.
China y Filipinas son vecinos. Las disputas bilaterales son básicamente desacuerdos en el vecindario, y se pueden resolver a través de conversaciones entre los vecinos.
La población espera que el nuevo gobierno de Filipinas muestre su sinceridad con más acciones concretas, y que trabaje con China para contener y manejar apropiadamente los desacuerdos, para llevar las relaciones bilaterales de vuelta al lugar correcto.
Sólo con la firma de un convenio a través de una negociación de igualdad entre las partes directamente involucradas es posible resolver fundamentalmente las disputas correspondientes, y que el convenio se cumpla efectivamente.
En lugar de ser aguas turbulentas, el Mar Meridional de China sirve como un puente que conecta a China y sus vecinos. Mantener la paz, la estabilidad y la prosperidad del Mar Meridional de China es el deseo y la responsabilidad comunes de China y de los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), y es benéfico para los intereses de esos países.
Mientras las partes insistan en solucionar los desacuerdos a través de negociaciones y consultas y busquen una cooperación de ganar-ganar, el Mar Meridional de China será básicamente un mar de paz y prosperidad.