BEIJING, 14 jul (Xinhua) -- La búsqueda de la justicia une a todas las naciones. Pero en el fallo recientemente emitido tras el arbitraje sobre el Mar Meridional de China, la justicia brilló por su ausencia y esto sienta un peligroso precedente.
El tribunal que se encargó del caso de arbitraje sobre el Mar Meridional de China, iniciado unilateralmente por Filipinas, emitió su fallo final el martes y muchos países se unieron a China para destacar que el tribunal carece de jurisdicción en el caso.
El fallo en sí también carece de sentido común y demuestra poco profesionalismo. Por ejemplo, el fallo señala que la isla Taiping es una "roca". ¿En cuál roca se han encontrado alguna vez agua dulce, tierras cultivadas, residentes humanos y ganado?
El arbitraje se produjo además en el momento de una mayor presencia militar estadounidense en el Mar Meridional de China. ¿Es pura coincidencia o las dos cosas está vinculadas?
Por estas razones, China tiene derecho a no aceptar ni reconocer el fallo. Expertos, abogados y ciudadanos comunes y corrientes en China rechazan el fallo al que describen como ridículo y se preguntan cómo pudo el arbitraje equivocarse tanto.
De modo que el arbitraje no es nada más que una farsa y no tiene nada que ver con la justicia que un arbitraje debería buscar.
Y lo que es aún más importante, la actitud de China hacia el fallo salvaguarda además la justicia internacional porque China podría no ser el único país en ser objeto de un proceso poco objetivo, falso y ridículo.
¿Qué es la justicia? No es invadir un país por la afirmación de que posee armas de destrucción masiva ni es violar las aguas territoriales de otros países con el pretexto de la "libertad de navegación".
El "fallo" no ha hecho nada más que volver más complicado el asunto del Mar Meridional de China.
China sigue defendiendo la solución de las disputas a través de las negociaciones entre los involucrados.
El diálogo es la mejor manera posible de buscar la justicia internacional y de mantener la estabilidad regional.