BEIJING, 9 jul (Xinhua) -- Las voces de las llamadas "mujeres de consuelo" (esclavas sexuales de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial) deben ser recordadas y este periodo trágico de la historia no debe repetirse, según ha reivindicado un experto chino.
Su Zhiliang, director del Centro de Investigación sobre las Mujeres de Consuelo Chinas en la Universidad Normal de Shanghai, indicó en una entrevista reciente con Xinhua que lo que espera ahora es proteger documentos de las esclavas sexuales, recordar la historia y aprender sus lecciones, así como condenar las atrocidades del ejército japonés.
"Otra mujer de consuelo falleció el 1 de julio en la provincia (china central) de Shanxi, con lo que ya sólo quedan 20 sobrevivientes en China", expresó a Xinhua.
Su ha dedicado más de dos décadas a estudiar el caso de estas mujeres. De acuerdo con su investigación, el Ejército japonés construyó una gran cantidad de "casas de consuelo" desde 1937 hasta su rendición en 1945. Al menos 400.000 mujeres asiáticas fueron forzadas a convertirse en esclavas sexuales de los soldados japoneses.
"El sistema japonés de mujeres de consuelo tenía a las extranjeras como objetivo y fue instaurado a la fuerza por el Estado", señaló Su, quien agregó que "un crimen así cometido por un país no tiene precedentes en la historia humana".
Muchas sobrevivientes, quienes sufrieron torturas horrorosas, quedaron estériles y vivieron una vida solitaria y miserable en su vejez, afirmó Su, añadiendo que conocía casos de trastorno mental y suicidio.
Más de 70 años después de la Segunda Guerra Mundial, Japón no se ha disculpado sinceramente por su crimen. El Gobierno japonés y los grupos de derecha no sólo han reprimido a los expertos nacionales, sino que también que han tergiversado los hechos históricos en la escena mundial.
En mayo, organizaciones no gubernamentales de ocho países y regiones, entre ellos China, Corea del Sur, Filipinas e Indonesia, presentaron los documentos sobre las "mujeres de consuelo" al Registro de la Memoria del Mundo.
El Programa Memoria del Mundo fue establecido en 1992 por la Organización de Educación, Ciencia y Cultura de la ONU (UNESCO) y guarda los documentos más importantes del mundo.
Su, quien participó en la nominación, dijo que tiene dos objetivos: "Uno es llamar la atención pública y fortalecer los intereses para preservar esos valiosos documentos, el otro es aprender lecciones de la historia y condenar las atrocidades y la actitud de Japón".
La nominación tuvo lugar después de que, en 2015, los documentos no fueran añadidos a la Memoria del Registro Mundial.
El Gobierno nipón recurrió a todos los métodos posibles para impedir la nominación lanzada por China en 2014, indicó Su, agregando que espera que esta vez Japón no mantenga su conducta inmoral.
La obstrucción japonesa a la nominación contraría la Declaración de Kono, con el que Tokio se disculpó con las esclavas sexuales, y el acuerdo alcanzado el año pasado con Corea del Sur para poner fin a las prolongadas desavenencias entre los dos países en este tema, señaló Su. "Mostrará que Japón no es sincero en sus excusas ni reconoce sus errores".
Un total de 2.744 documentos han sido presentados al Programa Memoria del Mundo. Cada uno de los testimonios muestra la crueldad del sistema.
Cada vez quedan menos "mujeres de consuelo" y las que sobreviven tienen una edad media de 90,5 años, dijo Su. "No podemos retirarnos", subrayó Su. "No debemos defraudar a esas víctimas de la guerra".
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