LONDRES/BEIJING, 8 jul (Xinhua) -- En 2016, la capacidad de la Unión Europea (UE) para negociar los desafíos económicos, políticos y sociales que enfrenta será puesta a prueba.
Desde la deuda griega y la conmoción por la salida de Reino Unido de la UE (Brexit) hasta la inquietud por la seguridad tras el ataque terrorista en Bruselas y la afluencia sin precedentes de refugiados, las crisis que asolan Europa están multiplicándose.
Las causas de raíz de las amenazas terroristas y la crisis de refugiados, afirman los expertos, son el caos y la miseria que Estados Unidos ayudó a introducir en países como Irak, Libia y Siria.
Washington también es responsable en parte del Brexit y del prolongado malestar económico de Europa, añadieron los expertos.
Actualmente, la UE hace frente a la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial debido a la llegada al continente de migrantes originarios de países devastados por la guerra: Afganistán, Irak y Siria.
Estados Unidos debe ser responsabilizado por la crisis de refugiados en Europa, dijo en una entrevista con Xinhua el experto alemán en Medio Oriente Michael Lueders.
La intervención militar occidental en países como Irak, Siria y Libia ha conducido al caos y la anarquía, dijo Lueders, miembro de la junta de la Asociación Alemana de Oriente Medio y Próximo y vicepresidente de la Fundación Oriental de Alemania.
La mayoría de los refugiados que huyen a Europa vienen precisamente de los países que han sido intervenidos, señaló.
De acuerdo con Lueders, las intervenciones militares en el mundo árabe y la decisión de Occidente de deponer al presidente sirio Bashar al-Assad son las responsables del caos en Siria.
Occidente "deseaba ver la deposición de Al-Assad y luego colocar un nuevo gobierno simpatizante con Occidente. Sin embargo, esta estrategia falló. El resultado es el avivamiento de la guerra", dijo.
El miércoles se publicó, tras siete años de preparación, una investigación oficial sobre la participación de Reino Unido en la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos en 2003, una reflexión de Reino Unido sobre una guerra que tuvo consecuencias importantes, incluyendo el surgimiento del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El liderazgo del ex primer ministro británico Tony Blair antes y durante la guerra fue fuertemente criticado en la investigación.
Reino Unido se unió a la guerra, que no fue autorizada por Naciones Unidas, con base en una información de inteligencia defectuosa, con una planeación y preparación "completamente inadecuadas" y antes de que se agotaran las opciones pacíficas, concluyó el informe de investigación de 2,6 millones de palabras.
En ese entonces, la presunta amenaza de Irak fue "presentada con una certeza no justificada" por Blair, de quien se descubrió que aseguró el compromiso británico ocho meses antes de que iniciara la guerra.
El miércoles, Blair se defendió e insistió en que se tomó la decisión bélica "correcta" "en lo que consideré que favorecía mejor los intereses del país" y dijo que "el mundo es mejor y más seguro" después de que la guerra retiró del poder al líder iraquí Saddam Hussein.
Sin embargo, las armas de destrucción masiva de Saddam, citadas para justificar la guerra, no fueron encontradas en territorio iraquí cuando las fuerzas de combate británicas se retiraron en 2009 con 179 bajas, 150.000 iraquíes muertos, en su mayoría civiles, y más de un millón de desplazados.
"El pueblo de Irak ha sufrido mucho", dijo el funcionario público jubilado, John Chilcot, quien dirigió la investigación británica.
La admisión de los errores y de la responsabilidad por parte de Blair no pueden aliviar el sufrimiento del pueblo de Irak, en donde un ataque con bomba ocurrido hace unos días en una concurrida zona comercial de la capital Bagdad, que el EI se adjudicó, causó al menos 250 muertes.
Desde la guerra de 2003, Irak se ha sumido en la violencia y la inestabilidad, lo que ayudó al surgimiento del grupo Estado Islámico.
El Estado Islámico también ha sido responsable de muchos ataques terroristas en los países occidentales, incluyendo Francia, Bélgica y Estados Unidos. Su expansión en Medio Oriente incluye un papel significativo en la guerra civil siria. Esto ha empeorado el caos político y la situación de seguridad en la región, los cuales han generado la afluencia de refugiados hacia Europa.
La afluencia de refugiados ha incrementado las presiones sobre los países europeos en medio de dificultades económicas y políticas. Esto también ha ayudado al incremento del nacionalismo xenófobo entre las personas que temen perder sus empleos a manos de los extranjeros en un momento de problemas económicos y financieros.
El temor fue un factor importante en el referendo de Reino Unido sobre si el país debía retirarse o no de la UE. Los simpatizantes del Brexit ganaron el referendo con un estrecho margen al obtener cerca del 52 por ciento de los votos.
El resultado de la votación causó el derrumbe de muchos de los mercados financieros regionales en un momento en el que Europa está preocupada por la crisis de migrantes y la prolongada cuestión de la deuda. La bolsa de valores de Londres sufrió, pero los mercados europeos sufrieron más, lo que muestra la vulnerabilidad del bloque.
Aunque la cuestión de la deuda soberana de Europa puede atribuirse en gran medida a la dicotomía de su política monetaria unificada y su política fiscal separada, sin duda el Brexit se sumó a sus desafíos.
"Estados Unidos necesita tomar conciencia de sus responsabilidades en Europa", indicó Danielle Allen, una politóloga de la Universidad de Harvard, en un artículo publicado en junio pasado en el Washington Post.
"El alza del sentimiento antiinmigrante en Europa, incluyendo en Reino Unido, fue impulsado por la crisis siria; las raíces de la crisis siria pueden rastrearse hasta nuestra invasión de Irak", dijo Allen.