
"He visto cómo la corrupción desangraba los fondos gubernamentales. He visto cómo las drogas ilegales destruían a las personas y arruinaban las relaciones entre las familias (...) Miradlo desde esa perspectiva y decidme si estoy equivocado", afirmó Duterte, dirigiéndose a quienes han mostrado su preocupación por sus métodos poco ortodoxos de luchar contra el crimen.
Aseguró a los filipinos que respetará los procedimientos y el imperio de la ley.
"Conozco los límites del poder y la autoridad del presidente. Sé lo que es legal y lo que no", subrayó.
El programa contra el crimen de Duterte incluye la reintroducción de la pena de muerte, órdenes a los servicios de seguridad de disparar a matar y recompensas por los cadáveres de traficantes de drogas.
Previamente el jueves, María Leonor Robredo juró como vicepresidenta del país por un mandato de seis años en la Ciudad de Quezón.
En su discurso de investidura, la política, de 52 años, abogó por la unidad y prometió llevar prosperidad a los filipinos, especialmente a los pobres.