BEIJING, 16 mar (Xinhua) -- Pyongyang volvió a ser foco de atención el martes luego que anunciara sus planes de realizar dentro de muy poco la prueba de una ojiva nuclear y de lanzamiento de varios tipos diferentes de cohetes balísticos con capacidad nuclear.
La sensible situación en la Península Coreana, donde las tensiones son cada vez mayores, demanda que la República Popular Democrática de Corea (RPDC) se exprese y actúe de manera prudente. Cualquier retórica temeraria y postura desafiante solo empeorarán las cosas.
Primero que todo, el anuncio de la RPDC va contra el firme objetivo de la comunidad internacional, violando la Resolución 2270 del Consejo de Seguridad de la ONU, el cual pide a las partes concernientes en el tema de la Península Coreana abstenerse de emprender cualquier acción que pueda agravar las tensiones.
Más importante aún, la RPDC debería dejar de pensar que la retórica tenaz y las provocaciones irresponsables le permitirán lograr lo que quiere.
Segundo, las partes concernientes deben mostrar moderación y buena voluntad para evitar la profundización del sentido de inseguridad y el fomento de un círculo vicioso en la RPDC.
Si la historia ofrece alguna guía, las tácticas de presión de Washington y Seúl tienen muy pocas posibilidades de éxito para reprimir la ambición nuclear de Pyongyang. Por el contrario, solo estimularían a Pyongyang a reafirmar su determinación de ir más allá en la búsqueda de capacidades nucleares.
Además, todos deben tener presente que la inestabilidad en la Península Coreana no se corresponde con los intereses de ninguna de las partes y que el conflicto solo causará desastres no solo a la región, sino también al mundo.
Como un vecino amistoso de la RPDC, China atesora su tradicional amistad con ese país y busca el desarrollo normal de sus relaciones bilaterales.
Por otro lado, como miembro responsable del Consejo de Seguridad de la ONU, China apoya la necesaria respuesta del Consejo ante el programa nuclear de la RPDC que ha violado las resoluciones previas.
Pero China, que defiende desde hace mucho la desnuclearización de la Península Coreana y la creación de un mecanismo dirigido a reemplazar el armisticio coreano por un acuerdo de paz, ha dejado claro que únicamente mediante sanciones no se logrará la paz duradera y que solo la negociación conducirá a una solución definitiva.
En resumen, dada la extrema sensibilidad de la situación en la convulsa península, resulta imprescindible que todas las partes muestren moderación y apelen a su sabiduría política para reanudar lo más pronto posible las conversaciones a seis bandas propuestas por China.
