Por Olga Carina López Viúrquez
MEXICO, 27 feb (Xinhua) -- La inminente conferencia regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promoverá soluciones conjuntas que permitan avanzar hacia la erradicación total del hambre y la malnutrición en América Latina y el Caribe, afirmó hoy aquí un alto funcionario de la organización.
En entrevista con Xinhua, Ricardo Rapallo, Oficial de Seguridad Alimentaria de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la FAO, señaló que el propósito de la reunión, que se celebrará del 29 de febrero al 3 de marzo en la Ciudad de México, es debatir los retos prioritarios relacionados con la agricultura, la alimentación y la nutrición.
"La conferencia es también un espacio de encuentro con la sociedad civil, las organizaciones campesinas e indígenas, organizaciones no gubernamentales, organizaciones intergubernamentales, organismos de integración regional y demás agencias de Naciones Unidas", refirió.
Asimismo participarán el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en esta conferencia regional que reunirá a los ministros de Agricultura y altos funcionarios de los 33 Estados Miembros de la FAO en la región de América Latina y el Caribe.
"Se reúne cada dos años y en ella los gobiernos analizan los principales retos de la seguridad alimentaria regional y establecen las prioridades de la FAO para los próximos dos años, profundizando su trabajo conjunto para acabar con el hambre y la malnutrición", comentó.
Además, los países miembros de la organización deciden, en cada conferencia, donde se realizará la próxima. México fue elegido como sede durante la pasada conferencia, que se llevó a cabo en Santiago de Chile en 2014.
UNOS 34 MILLONES DE PERSONAS AUN VIVEN CON HAMBRE
Asimismo, el representante de la FAO admitió que aunque se han dado "enormes saltos adelante, la región (de América Latina y el Caribe) todavía enfrenta grandes desafíos", debido a que 34 millones de personas aún viven con hambre.
Por su parte, la obesidad afecta al 22 por ciento de la población regional, y cerca de cuatro millones de niños sufren de sobrepeso.
"Tenemos que luchar contra las dos caras de la malnutrición, transitando hacia patrones sostenibles de producción y hábitos sanos de consumo, rescatando los productos y dietas originarios de esta región", subrayó.
Además, Rapallo afirmó que aún existen unos 27 millones de personas en pobreza extrema en América Latina y el Caribe.
"Esto es particularmente cierto en las áreas rurales, donde la pobreza afecta al 47 por ciento de la población, el doble que en las áreas urbanas", comentó.
Ante este panorama, el funcionario sostuvo que "existe un desgaste de nuestro sistema productivo, por lo que se vuelve urgente que no sólo produzcamos más, sino mejor".
"Debemos transitar hacia modelos sostenibles de producción y consumo, que nos permitan aprovechar al máximo nuestro potencial cuidando la base de recursos que la sostiene".
Aunque se ha reducido, la región aún tiene la mayor tasa de deforestación global y el 14 por ciento de la degradación mundial de los suelos ocurre aquí. También ha habido una fuerte expansión de la frontera agrícola y una sobrexplotación pesquera, dijo Rapallo.
"Esto no sólo se refiere a los aspectos ambientales, sino también a los sociales y económicos. En muchos países hemos visto como aumenta la desigualdad, la concentración de la tierra y los procesos de minifundios, afectando seriamente a los agricultores familiares, que siguen siendo la columna vertebral de nuestro sistema alimentario", refirió.
GENERAR OPORTUNIDADES PARA TODOS
En la actualidad, la FAO enfrenta duros desafíos para lograr la transformación del sector rural y para el uso sostenible de los recursos naturales, así como la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático.
"Transformar el sector rural implica garantizar su calidad de vida, darle alta prioridad en las políticas de inversión y financiamiento, y crear estrategias multisectorial coordinadas para el desarrollo rural con enfoque territorial, que permitan la generación de oportunidades para todos".
Los países de la región, reconoció Rapallo, han hecho un avance significativo en la lucha contra el hambre; sin embargo, la pobreza rural asciende al doble de la pobreza urbana (47,9 por ciento vs 23,2 por ciento) y más de la tercera parte de la población rural de AL y el Caribe aún se enfrenta a la doble carga de la malnutrición.
"La estrecha relación entre pobreza rural e inseguridad alimentaria requiere un nuevo enfoque para el desarrollo socioeconómico y ambiental de estos territorios e importantes transformaciones en términos de innovación institucional, social y tecnológica".
Los patrones de urbanización, las nuevas demandas de los consumidores y los desafíos ambientales en América Latina y el Caribe constituyen ventanas de oportunidad para la transformación de los territorios rurales bajo un marco adecuado de políticas públicas.
"El Estado debe retomar su liderazgo en la orientación de las políticas de desarrollo y, al mismo tiempo, debe crear los mecanismos institucionales para facilitar la participación de los diferentes actores en la gobernanza de estos procesos y en los mecanismos de implementación", indicó el representante de la FAO.
Los países deben fortalecer las políticas de agricultura familiar y desarrollo rural con enfoque territorial con especial énfasis en la articulación de las políticas de producción sostenible, gestión de riesgos, asistencia técnica y comunicación rural, protección social y de empleo agrícola y no agrícola en los programas de desarrollo territorial.
AL Y EL CARIBE, UNICA REGION EN DESARROLLO QUE ALCANZA REDUCCION HAMBRE
América Latina y el Caribe fue la única región en desarrollo de todo el mundo que alcanzó las metas de reducción del hambre de la Cumbre Mundial de la Alimentación y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
"Gracias a políticas públicas enfocadas en los más vulnerables, respaldadas por marcos legales, la región pudo reducir a menos de la mitad su porcentaje total y número de personas subalimentadas", resaltó Rapallo.
En promedio, cerca de 1,3 millones de personas al año superaron el hambre en la región desde 1990, para alcanzar un total de 31,7 millones.
"La mayor reducción ocurrió entre el año 2000 y el 2008, periodo en que la subalimentación se redujo en cerca de 19 millones de personas, una cifra que podría haber sido aún más alta si no fuera por el impacto de la crisis financiera y económica".
Además, de lo anterior, la prevalencia de niños menores de 5 años afectados por desnutrición aguda cayó desde 7 por ciento en 1990 a 2 por ciento en 2015, y la pobreza extrema se redujo en 66 por ciento en el mismo periodo.
"Estos logros nos colocan a la vanguardia de la lucha contra el hambre, y son los resultados concretos que nos permiten creer que es posible erradicarla durante nuestra generación", concluyó.