Por Sabina Di Muro y José Aguiar
CARACAS, 20 feb (Xinhua) -- Venezuela enfrenta uno de sus más grandes desafíos históricos, cambiar el modelo rentista por uno productivo diversificado que le permita enfrentar la coyuntura económica, producto de la baja de los precios del crudo.
Las acciones desestabilizadoras, promovidas por sectores de la derecha y expresada en el acaparamiento, especulación y contrabando de productos básicos, afecta de manera considerable a la población que se ve en la necesidad de hacer largas colas para adquirir alimentos.
Frente a este panorama, el Ejecutivo venezolano anunció seis líneas de acción para impulsar el desarrollo de los sectores productivos y, al mismo tiempo, proteger los derechos de los trabajadores.
Las acciones se orientan hacia la generación de equilibrios, a la vez que reconocen las asimetrías del modelo rentista, así como la caída de los ingresos en divisas y la cotización de los sistemas de abastecimientos y precios, dijo a Xinhua el analista económico Luis Enrique Gavazut.
Las medidas anunciadas el pasado miércoles por el presidente venezolano Nicolás Maduro tienen como objetivo optimizar el sistema de abastecimiento de alimentos, la fijación de precios con base en costos reales y la aplicación de un esquema equilibrado en el precio del combustible.
También se prevé la aplicación de un sistema de captación, inversión y administración de divisas, la protección del salario y las pensiones y la construcción de una nueva plataforma de recaudación de tributos.
Sin embargo, para el bando opositor la única salida a la crisis coyuntural es el "derrocamiento del gobierno", como único mecanismo para que el país "se enrumbe hacia una solución definitiva".
A pesar de esas pretensiones desestabilizadoras, el presidente Maduro sigue adelante con su proyecto económico que incluye la simplificación en el sistema cambiario que funcionará bajo dos bandas, con un dólar protegido (oficial) y un sistema complementario flotante.
La cotización del dólar protegido (oficial) pasó de 6,30 a 10 bolívares y estará destinado a atender sectores prioritarios (salud, alimentación y medicinas), mientras el sistema complementario flotante se fijó a tasa del Sistema Marginal de Divisas, cuyo valor es determinado por la oferta y demanda, y que ahora ronda los 200 bolívares por dólar.
Gavazut explicó que el tipo de cambio no oficial existente en el mercado negro es controlado por monopolios foráneos, a través del portal de internet estadounidense "Dólar Today".
El pasado 23 de octubre de 2015 el gobierno venezolano presentó en Estados Unidos una demanda contra ese portal de internet por "ciberterrorismo" y por causar daño económico en la nación suramericana.
Otra medida aplicada en Venezuela es el ajuste al precio del combustible, que generará un efecto en el equilibrio fiscal y la posibilidad de controlar el contrabando de extracción del carburante.
Con el nuevo sistema de cobro, la gasolina de 91 octanos cuesta ahora un bolívar (0,1 dólares, según la nueva tasa de cambio), mientras que la 95 octanos se ajustó a seis bolívares (0,6 dólares) por litro.
"El ajuste ha sido todavía por debajo del costo de producción y el precio internacional, sin embargo permite aliviar la carga fiscal porque Venezuela está sometida a un proceso de restricción externa fuerte", sostuvo Gavazut.
Recordó que el 30 por ciento del recaudo será destinado a financiar y subsidiar el transporte público, lo cual evitará que sectores económicos trasladen el ajuste del precio a sus estructuras de costos.
El obrero Humberto José Rodríguez comentó a Xinhua que el aumento al precio de la gasolina era necesario, ya que los precios estaban congelados desde 1999.
"Le estábamos dando a los ricos 12 millones de dólares. Con ese precio se financiaba a los más ricos en detrimento de los pobres", añadió.
Maduro anunció también la reestructuración de la Misión Alimentación para rescatar la esencia original de ese programa social, así como la fijación del precio justo en los alimentos y productos con base en los costos reales de producción.
Para proteger los derechos de los trabajadores, el Ejecutivo decretó también un nuevo aumento de 20 por ciento al salario mínimo, con lo cual se fijó en 11.578 bolívares (1.157 dólares).
En tanto, el bono alimenticio se elevó a 13.275 bolívares (1.327 dólares).
La oposición de derecha argumentó sin embargo que el aumento de la gasolina y los anuncios en materia cambiaria no atacan la inflación.
Lo cierto es que Venezuela enfrenta el desafío de lograr el equilibrio macro económico e impulsar la productividad en diferentes espacios.
En este sentido, la emergencia económica siembra las bases reales para un modelo nuevo que beneficiará al pueblo, a los trabajadores y a la clase media de Venezuela, como una oportunidad para el desarrollo de un aparato productivo diversificado y mixto.