Es ilógico decir que el desplome de acciones en el mundo se origina en China, la cual cerró el comercio por una semana para celebrar el Año Nuevo Lunar chino y no presentó ningún dato ni aplicó ninguna nueva política.(Xinhua/Reuters)
BEIJING, 15 feb (Xinhua) -- Responsabilizar a China de la desaceleración global y de la volatilidad del mercado es infundado e injusto, los errores de apreciación de las personas negativas subrayan su ignorancia sobre la segunda mayor economía del mundo.
La predicción que hizo en Davos el multimillonario inversionista George Soros sobre un "aterrizaje forzoso" renovó la vieja teoría de "fatalidad" acerca de la economía china. Otros analistas occidentales acusaron la semana pasada a China de causar oscilaciones en los mercados accionarios globales.
Los pesimistas malinterpretan a la economía china u optan por ignorar los aspectos brillantes que realmente importan.
Al mismo tiempo, quienes responsabilizan a China subestiman los propios problemas de Occidente, que fueron y son la principal causa de los problemas económicos globales.
El mercado de valores de China, que es observado a nivel mundial, sigue desalentado luego de pérdidas sin precedentes en el verano pasado. La relajada supervisión y la inmadurez de los inversionistas fueron las principales razones. Las bases económicas capaces de sostener un mercado al alza permanecen firmes.
Es ilógico decir que el desplome de acciones en el mundo se origina en China, la cual cerró el comercio por una semana para celebrar el Año Nuevo Lunar chino y no presentó ningún dato ni aplicó ninguna nueva política.
Algunos observadores señalan que la causa de raíz de los grandes descensos es que las bases económicas en Occidente no lograron apoyar un mercado de ganancias prolongadas impulsado por una inundación de liquidez desde 2008.
Para hacer frente a la crisis financiera global de 2008, muchos bancos centrales han adoptado políticas monetarias flexibles con muy bajas tasas de interés, lo cual alentó la excesiva especulación y condujo a burbujas en los precios de las acciones.
Los recientes vaivenes en el mercado occidental se deben también en parte a los persistentes precios bajos del petróleo crudo, lo cual forzó a los países productores petroleros a repatriar sus fondos de riqueza soberana de mercados de valores extranjeros para mitigar sus tensiones monetarias nacionales.
El retiro de un enorme monto de capital añadió presión a los bancos occidentales e intensificó el desplome de los mercados.
Es innegable que el ritmo de crecimiento de China se ha desacelerado, pero la producción económica recién añadida en 2015 fue superior al producto interno bruto (PIB) de Suecia o de Argentina. China aún es un impulsor clave del crecimiento económico mundial, y contribuyó con más de 25 por ciento al crecimiento global en 2015.
El mundo empezó un juego de apuestas desde las década de los 90 sobre cuándo se vendría abajo el milagro económico chino.
Durante décadas, donde sea que la economía global enfrenta problemas, China seguramente es señalada como responsable: una creciente China explota a países en desarrollo y una desaceleración en China arrastra a las economías desarrolladas.
Este prejuicio y estereotipo son injustos y necesitan ser corregidos.
Reconocer la parte positiva de la historia china y buscar una cooperación de ganar-ganar puede generar grandes oportunidades a los inversionistas extranjeros.
Mientras Soros pronostica que "un aterrizaje forzoso es prácticamente inevitable", la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, declaró que China pasa por una transición masiva y multifacética y "nosotros no esperamos un aterrizaje forzoso de China como se ha dicho durante muchos años".
La inversión extranjera directa en China creció 6 por ciento en 2015 a 136.000 millones de dólares, convirtiendo al país en el tercer mayor receptor mundial de capital extranjero.
Uno de cada cinco autos BMW vendido en el mundo en 2015 fue comprado por un conductor chino.
Los turistas chinos realizaron 120 millones de viajes al extranjero en 2015, donde gastaron más de un billón de yuanes (153.800 millones de dólares) en compras.
Los ingresos de taquilla durante la Fiesta de Primavera aumentaron 67 por ciento anual a 3.000 millones de yuanes.
El poder adquisitivo per cápita en el país se incrementó 7,4 por ciento en 2015, y los mayores ingresos de los chinos les permitirán consumir aún más, como promueve el gobierno.
La estructura económica de China continúa mejorando gracias a la expansión de los servicios, del consumo y de la manufactura de gama alta.
El gobierno chino es reconocido por tener un eficiente cumplimiento, y la dirigencia tiene una férrea voluntad política de cumplir sus promesas de lograr una mejor vida para su población y generar oportunidades de negocios para todos los inversionistas.
De hecho, China está sufriendo una difícil transición económica. Sus líderes nunca han eludido los problemas económicos y toman acciones firmes y concretas para resolverlos.
China contribuye a la recuperación global en lugar de ser un generador de problemas.