BEIJING, 28 ene (Xinhua) -- La visita reciente del presidente de China, Xi Jinping, a Medio Oriente ha dado los toques finales al nuevo impulso diplomático del país y está llevando a la segunda mayor economía mundial de regreso al escenario central del mundo.
La breve gira a las tres naciones --Arabia Saudí, Egipto e Irán-- cerró un Año de la Cabra de viajes por todo el mundo en el que el presidente visitó 17 países en menos de 12 meses.
La cifra llega a un total de más de 40 en 34 meses.
La diplomacia de Xi ha llevado a China más cerca tanto de vecinos como de los amigos distantes, y ha establecido una nueva agenda global en pro de la paz, el progreso, la prosperidad y la estabilidad.
EVITAR LOS RIESGOS
Desde que asumió el cargo en 2013, Xi ha pasado 138 días en el extranjero, recorriendo cerca de 400.000 kilómetros por todo el mundo.
El presidente chino ha llevado consigo una visión de un nuevo modelo de relación internacional y ha colocado a China firmemente a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático.
Algunos tomaron a mal las palabras y acciones de Xi, un cambio con respecto a la política duradera de "mantener un bajo perfil" seguida por el fallecido líder chino Deng Xiaoping, y hablaron de la Trampa de Tucídides, una teoría académica que ve el riesgo de que la rivalidad entre una potencia en crecimiento y una establecida se convierta en un conflicto.
Pero ellos han subestimado la determinación de China de buscar el desarrollo pacífico y la cooperación de ganar-ganar y alejarse de los peligros pasados de confrontación.
Las relaciones de China con Rusia están en la mejor época de la historia. En marzo de 2013, sólo unos días después de asumir el cargo, Xi hizo su primera visita de Estado a Rusia, la primera de muchas reuniones entre él y su homólogo ruso Vladimir Putin.
Después, Xi asistió a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 y al desfile del Día de la Victoria 2015 en la Plaza Roja de Moscú, mientras que Putin se unió a un grupo de dignatarios extranjeros para el desfile de la Victoria de Beijing el año pasado.
Hasta ahora, los dos líderes se han reunido en más de 10 ocasiones, lo que refleja el nivel elevado de la relación bilateral definida oficialmente como asociación de cooperación estratégica integral.
En el otro lado del mundo, también se observan algunas señales alentadoras en las relaciones China-Estados Unidos.
Xi y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, han tenido muchas coincidencias. Ellos han trabajado arduamente para eliminar la Trampa de Tucídides con una cooperación ejemplar en los asuntos principales, como el cambio climático y el problema nuclear de Irán.
También coincidieron en su deseo de una relación "sin conflicto o confrontación, con una cooperación de ganar-ganar y de respeto mutuo".
"El vasto océano Pacífico es lo suficientemente grande como para albergar a China y a Estados Unidos", dijo Xi a Obama durante su visita a Estados Unidos en septiembre pasado.
El ex secretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger considera a la nueva textura de las relaciones como visionaria y benéfica para ambas partes. El profesor de Harvard Joseph Nye también cree que la Trampa de Tucídides puede ser evitada si los dos se tratan de manera objetiva y racional.
El éxito diplomático entre China y estas grandes potencias confirma el hecho de que la armonía y el equilibrio sí pueden lograrse mediante un nuevo tipo de relación entre grandes países.
UN BUEN VECINO NO SE CAMBIA POR ORO
La diplomacia de buena vecindad es un pilar de la política exterior de China.
China encabeza al mundo en número de países vecinos. Comparte fronteras terrestres con 14 naciones y marítimas con seis.
Una buena vecindad sólida y estable se traduce en beneficios reales para todos los involucrados.
"Un buen vecino no se cambia por oro", declaró Xi en 2013, cuando presentó cuatro principios directrices para una diplomacia de buena vecindad: amistad, sinceridad, beneficio mutuo e inclusión.
Basta con mirar el itinerario de Xi para comprender el significado que tiene la diplomacia de buena vecindad. La mitad de sus visitas al extranjero han sido a países vecinos, donde ha subrayado con insistencia que el Sueño chino está relacionado con las aspiraciones de los vecinos que también quieren una vida mejor, lo que ha fomentado el sentido de una comunidad de destino común.
"Bienvenidos a bordo del tren de desarrollo de China", expresó Xi en otro viaje a Mongolia en 2014, para ofrecer oportunidades y posibilidades a los vecinos de China para tener una prosperidad común.
Para lograr que esa comunidad sea una realidad, China ha propuesto una serie de ideas de prosperidad y desarrollo regional, en las que sobresale la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que surgió por primera vez en 2013.
Una red de comercio e infraestructura que conecte Asia con Europa y Africa a lo largo de las antiguas vías de la Ruta de la Seda y a través de los océanos, algo que era casi inimaginable hace apenas dos años y medio, ahora está próximo a su realización.
Hasta ahora, más de 60 países y organizaciones internacionales han expresado su interés en tener una activa participación en esta gran visión, y están en marcha varios importantes proyectos de cooperación.
El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), establecido de manera formal el mes pasado, es otra manifestación concreta de la visión de Xi para la conectividad en Asia.
Se requirieron apenas dos años para que el banco se desarrollara de una idea embrionaria en un organismo pleno de 57 naciones encargado de financiar proyectos de infraestructura a lo largo del continente.
CHINA OFRECE SOLUCIÓN Y SABIDURÍA
Xi dijo que el papel de China en el panorama geopolítico mundial es para mejorar activamente el sistema internacional de desarrollo, no simplemente para participar en él y beneficiarse.
Mientras busca su propio desarrollo, China ha demostrado su sentido de responsabilidad como un gran país.
"Hacemos esto no porque otros nos lo hayan pedido, sino debido a que queremos hacer esto nosotros mismos", afirmó Xi el año pasado en la conferencia de París sobre cambio climático, sin dejar duda a nadie de su determinación para impulsar el desarrollo ecológico y la reducción de emisiones como prioridad en su agenda global.
Con responsabilidad, cooperación y conectividad en un mundo que lucha por la recuperación económica, Xi ha ofrecido una solución china a la reforma de gobernación global.
En las reuniones de APEC 2014 en Beijing con el tema "Conformando el Futuro a través de la Asociación Asia-Pacífico", los miembros acordaron realizar un estudio estratégico del Area de Libre Comercio de Asia-Pacífico (Ftaap, por sus siglas en inglés), marcando el lanzamiento oficial del proceso del Ftaap.
Con la promesa de 20.000 millones de yuanes (3.100 millones de dólares) para ayudar a los países en desarrollo a enfrentar el cambio climático, China, que es también un país en desarrollo presionado por lograr el alivio de la pobreza, puso un ejemplo al mundo.
En las cumbres para conmemorar el 70° aniversario de la ONU, Xi anunció un fondo de paz y desarrollo por 10 años de 1.000 millones de dólares para apoyar el trabajo de la ONU y crear una fuerza de mantenimiento de la paz de 8.000 soldados.
China también prometió 50 millones de dólares al BAII para apoyar la preparación de proyectos de desarrollo de infraestructura en los Estados miembros menos desarrollados.
Desde principios de 2016, China está en un nuevo comienzo en su proceso hacia una importante revitalización de la nación china. Mientras China persiga un nuevo tipo de relaciones internacionales caracterizadas por la cooperación y resultados de ganar-ganar, el mundo continuará beneficiándose.