BEIJING, 21 nov (Xinhua) -- Las recientes maniobras de Estados Unidos en el Mar Meridional de China se han llevado a cabo invocando la llamada libertad de navegación que, según Washington, está defendida por el derecho internacional.
Sin embargo, esta excusa no conseguirá encubrir el hecho de que es EEUU quien abusa descaradamente de los derechos de libertad de navegación, desafiando y violando la legislación internacional y socavanzo la paz y estabilidad regionales, al suponer una amenaza para la soberanía y los intereses de seguridad de China.
Por muy irónico que resulte, Washington ha defendido siempre su arbitraria acción apelando a la legislación internacional pero, hasta la fecha, no ha aprobado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM), que establece el orden legal y las normas en aguas internacionales.
El cálculo que subyace bajo la acción está meridanamente claro: EEUU está poco dispuesto a someterse a un pacto internacional que califica de gravemente defectuoso porque la única superpotencia ya ha controlado recursos marítimos como el gas y el petróleo a través del poder militar.
Otra ironía es que el Tío Sam asegura que mantiene la libertad de navegación en el Mar Meridional de China basándose en el derecho internacional pero, en realidad, lo que está aplicando son estándares unilaterales definidos por él mismo.
Este año, el gobierno estadounidense publicó un documento en el que asegura que el primer objetivo de las acciones de EEUU son "las excesivas reclamaciones marítimas definidas por la parte estadounidense".
En el documento queda así pues patente que Washington sustituye la ley internacional por su propio estándar e intenta imponer unilateralmente sus propias ideas a otros países.
Es más, en sí misma, la acción estadounidense para mantener la llamada libertad de navegación bajo la ley internacional es una amenaza contra los principios del derecho internacional.
El CDM estipula que recurrir a cualquier tipo de amenaza o uso de la fuerza que vayan contra la soberanía costera, la integridad territorial o la independencia política, o que violen los propósitos y principios de la Carta de la ONU, se consideran acciones que desestabilizan la paz, el orden o la seguridad de los Estados costeros.
Sin embargo, en las últimas semanas EEUU ha desafiado la ley al enviar al Mar Meridional de China dos buques de guerra, en uno de los cuales viajó el propio secretario de Defensa, Ashton Carter, y en lo que el Pentágono definió como operaciones para mantener la libertad de navegación.
Para empeorar la situación, el presidente de EEUU, Barck Obama, visitó el martes una fragata filipina antes del importante encuentro de líderes de Asia-Pacífico en Manila. Con este provocador gesto, pretendía dar publicidad al asunto en una reunión que se centra en temas económicos regionales.
En palabras de Bruce Fein, prestigioso abogado de Washington D.C.: "En esta etapa, EEUU está prácticamente fraguando una excusa para proyectarse militarmente en la zona, el Mar Meridional de China, el Mar Oriental de China... de forma que pueda justificar la llamada (estrategia) de 'pivotar hacia Asia' y quizás provocar un conflicto donde en otro caso no existiría".
Sería de lo más deseable que Washington abandonase sus propios estándares para cumplir el derecho internacional y actuase como una potencia responsable, en vez de espolear los problemas en el Mar Meridional de China y arrojar acusaciones falsas contra otros.