XI'AN, 18 nov (Xinhua) -- Nuevos riesgos para la supervivencia del ibis crestado japonés, ave en peligro de extinción bajo protección estatal en China, han surgido a pesar de la notable recuperación experimentada por la especie durante las últimas décadas.
Ante la llegada del invierno, los ibis del distrito de Yangxian, provincia noroccidental de Shaanxi, el mayor hábitat de la especie, se enfrentan a una escasez de alimentos.
Las aves suelen comer ranas, peces pequeños y lochas en lagunas y arrozales. Estos últimos son una importante fuente de alimento en el invierno, cuando los ríos y las lagunas se congelan.
Sin embargo, a medida que un creciente número de residentes rurales emigra a las ciudades en busca de empleo, los campos de arroz se quedan sin cultivar. "El ibis depende en gran medida de los campos de cultivo. Algunos ejemplares jóvenes pueden morir de hambre en el invierno", advirtió Zhang Yueming, ingeniero sénior en la reserva natural de la especie en la ciudad de Hanzhong.
Las aves, de tamaño mediano, con largos pico, cuello y patas, se encontraban anteriormente en Rusia, la Península de Corea, Japón y China, pero se creía que se habían extinguido en la década de los 50 del siglo XX después de que sus hábitats resultaran destruidos por guerras, desastres naturales y actividades humanas.
Expertos chinos descubrieron por casualidad siete ejemplares de ibis crestado japonés en el poblado de Yaojiagou del distrito de Yangxian en 1981, de los cuales se pensó en ese momento que eran los únicos en el mundo.
Gracias a esfuerzos de conservación y reproducción artificial, la población de las aves ha pasado de siete a más de 2.000, entre ellas más de 600 criadas artificialmente.
Además de en Shaanxi, también se pueden encontrar en las provincias de Henan (centro) y Zhejiang (este).
Sin embargo, es difícil observar un ibis en la aldea de Yaojiagou en la actualidad. Zhang Lixue, un lugareño de 61 años de un vecino poblado, dijo a Xinhua que el número de habitantes en Yaojiagou había disminuido de 40 en la década de los 80 a dos en la actualidad.
"Los aldeanos se han trasladado a los distritos o ciudades. Los campos de arroz, que cubren más de dos hectáreas, están sin cultivar", dijo.
Otros agricultores han recurrido al cultivo más rentable de otros cereales en campos secos o usan otros sistemas de irrigación, lo que reduce aún más la superficie de arrozales.
Hay 83 embalses en el distrito de Yangxian. Una sección de 28 kilómetros del río Hanjiang, el mayor afluente del Yangtse, también pasa por la región.
Los ricos recursos de humedales deberían proporcionar suficiente alimento para los ibis, pero la contaminación del agua plantea otro riesgo.
"Vi una vez un pájaro que buscaba comida cerca de una acequia. Voló dando vueltas durante un largo rato, pero no tenía otras opciones", dijo Lu Baozhong, un veterano experto en la protección del ibis.
Lu advirtió que estas aves en peligro de extinción se están enfrentando a la escasez de alimentos en las montañas y a la contaminación del agua en las ciudades. Su población ha crecido en las últimas décadas, pero continúan existiendo amenazas a su supervivencia.
La endogamia ha sido un problema persistente para la especie.
"Existen problemas de baja adaptabilidad al entorno y de resistencia a las enfermedades debido a una alta posibilidad de endogamia, que puede provocar defectos congénitos, y peor aún, al aumento de la tasa de mortalidad", dijo Fang Shengguo, profesor de fauna salvaje de la Universidad de Zhejiang.
Fang añadió que la especie se podría extinguir si estallara una epidemia entre las aves.
Ante los nuevos y viejos retos, Tang Zhouhuai, subjefe del departamento de silvicultura de Shaanxi, señaló que las reservas naturales de ibis crestados japoneses deben trabajar con centros de investigacion a nivel nacional para proteger mejor los hábitats, mejorar la resistencia a las enfermedades y aumentar su diversidad genética.