Antes del C919, China ha aprobado su perspicacia en la fabricación de aviones, a pesar de que no podía explotar el pleno potencial comercial de los productos.
El país desarrolló su primer gran avión de pasajeros, el Y-10, un jet de fuselaje estrecho con cuatro motores, en la década 70 del siglo pasado.
El avión, con 149 asientos de clase económica, realizó un exitoso vuelo de prueba el 26 de septiembre de 1980, y voló a varias ciudades chinas, incluida Lhasa en la región autónoma del Tíbet. Desafortunadamente, el proyecto fue cancelado en 1985 debido a razones de viabilidad y presupuestarias. En aquel tiempo, China ya había puesto en marcha la apertura y tuvo una flota modesta de aviones fabricados por los países occidentales.
En 2008, China reanudó la búsqueda de su sueño de avión cuando la COMAC fabricó el jet regional ARJ21-700, el primer avión diseñado independientemente por China de acuerdo con los estándares internacionales. La aeronave, con cinco asientos por fila, consiguió los certificados de aeronavegabilidad tanto de la Administración de Aviación Civil de China como de la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos.
El ARJ21-700 pasó seis años de pruebas rigurosas antes de que las autoridades de aviación civil le otorgaran el certificado en 2014.
La COMAC cuenta con experiencia en pruebas de aeronavegabilidad, lo que hará el proceso para el C919 mucho más fácil, señaló Wu.