Por Wang Haiqing
BEIJING, 30 oct (Xinhua) -- La última sentencia de un tribunal internacional en La Haya sobre el Mar Meridional de China pareciera un resultado positivo para Manila, pero de cierta manera refleja también el papel de Filipinas como jugador veleidoso en el escenario mundial y su falta de visión en el manejo de tales disputas.
Pese a su acuerdo con Beijing para resolver sus disputas en el Mar Meridional de China a través de conversaciones bilaterales, lo cual podría ser verificado mediante los varios comunicados y declaraciones conjuntos, Manila reniega sin reparos de sus promesas y aprovecha cada oportunidad para levantar olas en el Mar Meridional de China.
Anteriormente este año, Filipinas emprendió una serie de trucos para generar publicidad y ganar apoyo para su reclamación en el Mar Meridional de China, a costa de los lazos Manila-Beijing y la estabilidad regional.
Dentro del saco de trucos de Manila se incluye acusar infundadamente a China de "intimidación" en la zona, difundir vergonzosamente tales acusaciones injustificadas, y buscar incansablemente el apoyo de potencias externas.
Dichas acciones no constructivas, también encarnadas en la obstinada solicitud de arbitraje de Manila, van en contra del espíritu de la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China, en que las partes relevantes, incluida Filipinas, prometen ejercer la moderación y abstenerse de complicar el asunto.
Vale la pena destacar que la solicitud de arbitraje de Manila en el Mar Meridional de China, aunque parcialmente aceptada por el Tribunal Permanente de Arbitraje, carece de argumentos ya que el caso básicamente gira en torno a la soberanía territorial sobre varias formaciones marítimas en el Mar Meridional de China, lo cual está fuera del alcance de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Ley del Mar, ante la cual Manila inició el arbitraje.
China ha dejado claro que no aceptará ni participará en estos procesos iniciados unilateralmente por Filipinas.
Al hacer caso omiso de la oposición de China y llevar el caso a un tribunal internacional, la maquinación publicitaria de Filipinas erosiona la confianza mutua entre Manila y Beijing, que ha descendido a su mínimo histórico tras una serie de provocaciones orquestadas por la parte filipina.
Ejerciendo durante mucho tiempo la contención ante las diversas provocaciones de Manila, China está totalmente decidida a resolver los conflictos en el Mar Meridional de China a través del diálogo entre los demandantes, una práctica ampliamente adoptada en la solución de disputas territoriales.
Lo más adecuado para Manila es no apartarse más del camino de las negociaciones bilaterales, que constituye en definitiva la manera más viable para encontrar una solución mutuamente aceptada y permanente para sus disputas con Beijing en el Mar Meridional de China.
