Por Zhu Junqing
BEIJING, 30 oct (Xinhua) -- Después de un hiato de tres años, el mecanismo de reunión tripartita entre los líderes de China, Corea del Sur y Japón se reanudará, una señal de distensión en las tensas relaciones entre Japón y sus dos vecinos asiáticos.
Con la participación del primer ministro chino, Li Keqiang, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, la sexta reunión tripartita, a celebrarse desde mañana y hasta el lunes en Seúl, se espera ayude a disipar el negativo sentimiento popular nacional.
TENSAS RELACIONES
El sentimiento nacional en Corea del Sur y China hacia Japón se ha deteriorado durante los últimos años, al igual que el de Japón hacia sus dos vecinos.
Una encuesta de opinión sobre las relaciones China-Japón realizada en 2015, publicada el pasado viernes por el Grupo de Publicaciones Internacionales de China y el grupo japonés Genron NPO, mostró que el 78,3 por ciento de los encuestados chinos consideran a Japón como "adverso", mientras que el 88,8 por ciento de los japoneses tienen la misma opinión sobre China.
Detrás de las impresiones negativas se encuentran las disputas históricas y territoriales entre Japón y China. La percepción del pueblo chino sobre Japón ha empeorado desde 2012, cuando Tokio realizó de manera unilateral la denominada "compra" de las Islas Diaoyu de China.
Además, la actitud carente de remordimiento de Japón respecto a sus crímenes de guerra cometidos durante la Segunda Guerra Mundial molesta a los pueblos de las victimizadas Corea del Sur y China.
"Abe ha protagonizado un juego diplomático caliente y frío, el cual gira alrededor de sus ambiciones militares, por encima de una disputa territorial en curso y las diferencias de ideas sobre la historia durante la guerra", señaló a Xinhua Kaoru Imori, investigador asociado del Departamento de Ciencias Políticas en la Universidad Meiji Gakuin de Tokio.
Entre quienes mantienen una opinión "adversa" respecto a Japón, la mayoría de los chinos encuestados se mostraron preocupados por el creciente militarismo en Japón, algo evidente bajo el liderazgo de Abe.
"El gobierno japonés, especialmente la derecha, ha distorsionado la historia y confundido al pueblo al cubrir y falsear los hechos, por lo cual nuestro pueblo chino ha desarrollado gran antipatía hacia ellos", indicó Yang Xiyu, investigador del Instituto de Estudios Internacionales de China, un grupo de expertos con sede en Beijing.
Según la encuesta, el 70,5 por ciento de los participantes chinos consideran a Japón como "adverso" principalmente porque la administración de Abe no ha emitido una disculpa sincera por las atrocidades cometidas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
"Mientras tanto, para muchos ciudadanos japoneses comunes, los chinos y los surcoreanos siempre han estado obsesionados con los temas históricos", explicó Yang en una entrevista con Xinhua.
Los resultados del sondeo confirman el análisis de Yang, pues el 55,1 por ciento de los japoneses han desarrollado una impresión negativas respecto a China porque "China siempre ha criticado a Japón por los temas históricos".
"Es muy cierto que un pequeño grupo de políticos de extrema derecha, no toda la nación japonesa, ha mantenido puntos de vista históricos revisionistas, y esos puntos de vista distorsionados han afectado negativamente la relación bilateral", subrayó Kim Han-know, profesor ayudante del Departamento de Estudios de Asia-Pacífico de la Academia Diplomática Nacional de Corea del Sur.
NECESIDAD DE UN MAYOR INTERCAMBIO
Como todo país que tiene en consideración la voluntad de su pueblo al crear sus políticas nacionales y exteriores, resulta urgentemente necesario mejorar las impresiones mutuas entre los pueblos japonés y chino para así conseguir mejorar sus relaciones bilaterales.
A su vez, relaciones políticas sólidas entre China y Japón ayudarán a reducir el sentimiento nacional negativo prevaleciente entre la población, que ha alcanzado su mayor récord, declaró Ruan Zongze, vicepresidente del Instituto de Estudios Internacionales de China.
"Mejorar las relaciones entre los pueblos de Japón y China es de vital importancia para toda la región, por razones comerciales, así como por los vínculos culturales y humanos", dijo Imori a Xinhua.
"Los lazos diplomáticos no solo necesitan de una distensión, sino de una marcada mejora; cuando una población o poblaciones ven que sus líderes forjan mejores relaciones, esto alienta la mejora de los vínculos a todos los niveles, incluido el social", aseguró Imori.
Acerca de cómo invertir el sentimiento nacional de negativo a positivo, Imori manifestó que "todos esos temas deben ser abordados por Abe. Si se puede hacer de manera sincera y sin motivos ulteriores, no hay razón para que Japón y sus vecinos no puedan reavivar la clase de amistad de que disfrutaron en el pasado".
"Además, nacionalmente, el gobierno podría quizás hacer más para evitar los discursos de odio y la literatura que transmite abiertamente un sentimiento anti-Corea del Sur y anti-China y centrarse más en la restauración de relaciones humanas productivas e impulsar los intercambios culturales, educacionales y comerciales, lo cual beneficiaría a todas las partes desde el punto de vista humano y económico", añadió.
"Debemos contener los problemas políticos e intentar entender las relaciones internacionales entre los tres países desde una perspectiva multidimensional", aseveró Kim a Xinhua.
"Además de los intercambios oficiales que resultan sumamente importantes en las relaciones Estado-Estado, las dos partes (China y Japón) deben aprovechar al máximo los intercambios no gubernamentales para la mejora de los lazos gubernamentales como hicieron antes de la normalización de relaciones diplomáticas en 1972", señaló Ruan.
Para China, resulta también importante abordar los temas clave como las Islas Diaoyu de una manera fácil de entender para el pueblo japonés, apuntó Liu Jiangyong, subdirector del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de la Universidad Tsinghua, destacando la importancia de la comunicación entre los dos pueblos y Estados.
NUEVA OPORTUNIDAD PARA DISTENDER LAS RELACIONES
La venidera reunión tripartita puede ser una buena oportunidad para distender las relaciones entre Japón y sus vecinos, así como para continuar con su agenda de desarrollo y cooperación en el Noreste de Asia.
"La cooperación tripartita en asuntos como los temas relacionados con la seguridad convencional y la no convencional tales como el cambio climático, el medio ambiente, la seguridad nuclear y el antiterrorismo debe llevar, o al menos ser conducente, a transformar las percepciones negativas de los demás en favorables", dijo Kim.
"El encuentro demuestra una distensión en las relaciones China-Japón, o un pequeño paso hacia un nivel menor en sus tensiones, y señala una tendencia positiva tras las dos reuniones celebradas entre los líderes de China y Japón el año pasado y este año", respectivamente, afirmó Ruan.
"La reunión ayudará a cambiar la percepción de ambos pueblos respecto al otro, mejorará el entendimiento del pueblo chino sobre el japonés, y corregirá la errónea percepción del último respecto a los vínculos China-Japón", comentó Yang.
"El premier Li expondrá la posición de China sobre los asuntos de principio, tales como los temas históricos, y la parte japonesa prestará una considerable atención a la posición de China en la primera reunión (tripartita) en más de tres años... Por eso, (la celebración de) esta reunión ayuda a crear una buena atmósfera para la comunicación futura y brinda mayores oportunidades", agregó.
"Sin embargo, no se lograrán resultados inmediatos en el cambio de la impresión existente entre los países ya que el sentimiento nacional negativo es una consecuencia acumulada", expresó Ruan, añadiendo que "si las relaciones políticas alivien las tensiones, los lazos no gubernamentales también se verán influenciados positivamente".
Imori reconoció que esos cambios no sucederán de la noche a la mañana, argumentando que "mejorar las relaciones entre los pueblos chino y japonés tomará algún tiempo".