BEIJING, 10 oct (Xinhua) -- Nadie debe dudar de la actitud de Japón respecto a las armas nucleares, en especial luego de haber experimentado un ataque nuclear de primera mano. Con el dolor todavía fresco, luego de la Segunda Guerra Mundial, su gobierno prometió que no produciría, poseería o introduciría armas nucleares.
Aun así, cuando se reveló que sus reservas de materiales nucleares (algunos a grado de armas nucleares) superan sus necesidades de desarrollo de energía nuclear, las alarmas sonaron.
De acuerdo con un informe publicado el viernes por las organizaciones de no proliferación nuclear, la Asociación de Control de Armas y Desarme de China y el Instituto de Información Nuclear y Economía de China, a fines de 2014, Japón poseía 47,8 toneladas de plutonio separado no irradiadas, con 10,8 toneladas almacenadas domésticamente --suficientes para crear 1.350 ojivas nucleares.
Cuando Estados Unidos pidió a Japón regresar más de 300 kilogramos de plutonio a grado de armas el año pasado, el mundo se sobresaltó. Poco sabían ellos, se trataba sólo de la punta del iceberg.
Sin duda, cada país tiene derecho al uso pacífico de la energía nuclear, sobre todo Japón, un país que no cuenta con combustibles fósiles y otros recursos naturales.
Pero lo que no muchos saben, es que Japón es el único país sin armas nucleares capaz de extraer plutonio del combustible usado que ha sido irradiado en un reactor nuclear. Esa práctica, también conocida como reprocesado, es controversial porque el plutonio reprocesado puede ser usado para fabricar armas nucleares.
Por ello, han surgido más preguntas: ¿Por qué Japón, un país que se autoproclama pacifista, necesita tantos materiales nucleares? ¿Cómo evitará que el material caiga en manos de terroristas? ¿Qué medidas está ejerciendo para evitar una fuga radiactiva como la de Fukushima?
Y lo que es más importante, ¿Qué medidas adoptará Japón para calmar estas preocupaciones de sus vecinos regionales?
Los terremotos, la mala administración de las instalaciones nucleares y una historia de ocultar las reservas de material nuclear son preocupaciones compartidas por todo el mundo.
La comunidad internacional no debe tomar esto demasiado a la ligera. Japón cuenta con el poten cal para convertirse en un país de armas nucleares de facto, a pesar de la oposición nacional luego del desastre nuclear de la planta Daiichi Fukushima.
El compromiso de Japón de respetar el sentimiento antinuclear también está siendo puesto a prueba luego de que su parlamento aprobó enmiendas a su leyes de defensa en septiembre, que permiten al ejército japonés participar en una guerra aún si no está bajo ataque.
Además, los analistas han indicado que la saturación del material nuclear de Japón podría hasta romper el equilibrio en la ya intranquila región de Asia oriental, con la República de Corea, entre otros, acusando a Japón de repetir su errores de la Segunda Guerra Mundial, sin mencionar el actual programa nuclear en la República Popular Democrática de Corea.
Es posible que Japón encienda el cerillo que prenda la mecha si ocurre un carrera de armas nucleares.
El gobierno japonés podría querer sentirse más seguro con estos materiales nucleares, pero entre más almacene, más difícil será mantenerlos seguros y dar garantías al pueblo japonés y a la comunidad internacional.
Como lo expresó la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino: Japón necesita mostrar su actitud sincera y responsable y responder a las preocupaciones del mundo.