Le siguen los socialistas de Pasok que compitieron en esta ocasión con la Izquierda Democrática. De acuerdo con los cálculos, ganaron el 6,4 por ciento de los votos y son seguidos por el partido Comunista KKE que recibió 5,5 por ciento.
El centrista Potami (Río) consiguió el cuatro por ciento de los votos, el partido de derecha Griegos Independientes (ANEL) que gobernó con Syriza hasta agosto, logró el 3,7 por ciento de los votos y la Unión de Centristas de centro-izquierda, un partido con influencia marginal en las últimas décadas, ganó el 3,4 por ciento de los votos según los primeros cálculos oficiales.
Es muy probable que el partido opositor al rescate y simpatizante del dracma Unidad Popular, formado a finales de agosto por ex parlamentarios de Syriza, no forme parte de la nueva asamblea al recibir menos del tres por ciento necesario conforme al sistema electoral del país.
En sus primeros comentarios tras la publicación de los pronósticos oficiales, políticos, encuestadores, analistas políticos y comentaristas de medios señalaron que sin duda, Tsipras buscará lograr un gobierno de coalición con ANEL, pero los dos partidos contarían con una ligeria mayoría.
Por consiguiente, no podría excluirse la incorporación de un tercer socio menor, quizá Pasok o la Izquierda Democrática.
Los comentaristas también enfatizaron que el alto porcentaje de abstención es una señal de la creciente frustración del electorado griego con la realización de seis elecciones nacionales en los últimos seis años y con las políticas de la mayoría de los partidos políticos.
A pesar de la decepción por el giro radical de Syriza en este verano, la mayoría de los griegos fueron persuadidos de que los izquierdistas podrían suavizar el impacto de la próxima ronda de austeridad conforme a los compromisos del tercer rescate en comparación a los conservadores.