BEIJING, 2 sep (Xinhua) -- El gran desfile militar de China previsto para mañana en esta capital, primero del país para conmemorar la victoria en la Segunda Guerra Mundial, servirá como vívido recuerdo de las irremplazables contribuciones del país asiático en la guerra y su inspiración para proteger la paz.
China, como principal campo de batalla en Oriente durante el conflicto mundial, realizó enormes contribuciones a la lucha contra los agresores japoneses y tremendos sacrificios para garantizar la victoria.
La guerra antifascista china fue la primera en comenzar y la última en concluir. El 18 de septiembre de 1931, el ejército japonés invadió el noreste de China usando como pretexto un evento manipulado, lo cual marcó el punto de partida de la valiente lucha del pueblo chino contra el fascismo, y el preludio de la Guerra Mundial Antifascista.
En 1937, el famoso incidente del Puente de Marco Polo constituyó el inició de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, convirtiendo a China en el principal campo de batalla oriental en la guerra global contra el fascismo.
Cifras oficiales demuestran que alrededor de 1,86 millones de soldados japoneses luchaban en China en ese momento, representando el 50 por ciento de todas sus fuerzas. Las tropas chinas distrajeron a la mayoría de los muy bien armados invasores japoneses.
Al final de la guerra, las tropas aliadas habían causado 1,95 millones de bajas a los japoneses, entre muertos y heridos, con el 70 por ciento de dichas bajas acontecidas en los campos de batalla de China, lo que significó una contribución indeleble a la victoria en otros escenarios de la Segunda Guerra Mundial.
Las llamas de la guerra se extendieron por la mitad del territorio chino, con alrededor de 260 millones de chinos involucrados en el conflicto y más de 35 millones de muertos o heridos. Las pérdidas económicas directas alcanzaron cerca de 100 mil millones de dólares estadounidenses.
China desempeñó un papel decisivo para derrotar a los invasores japoneses, pero sus contribuciones han sido apenas mencionadas de manera adecuada en el escenario global.
Durante décadas, cuando las personas en los países occidentales hablan sobre la Segunda Guerra Mundial, se refieren generalmente a las batallas en el continente europeo y conocen muy poco sobre el papel de China como principal campo de batalla oriental de la guerra, mientras que los esfuerzos chinos han sido subestimados en muchos libros de texto de historia.
Además, Japón no ha recibido su merecida pena tras la guerra y sus fuerzas derechistas continúan intentando desafiar el orden mundial incluso en la actualidad. Algunos políticos japoneses niegan deliberadamente la historia invasora de su país y propagan comentarios que pasan por alto su régimen de agresión.
Por eso, China, país que soportó un sufrimiento indescriptible, decidió celebrar el gran desfile militar para recordar la historia y mantener viva la memoria de quienes sacrificaron sus vidas para defender a la Patria.
El pueblo chino espera además que la celebración del desfile en un día histórico pueda inspirar a China y el mundo a aprender del pasado y trabajar juntos para construir un futuro mejor.
Con la participación de 30 jefes de Estado y líderes de gobierno, entre quienes se incluyen el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homóloga surcoreana, Park Geun-hye, el desfile también muestra la voluntad y el poder del pueblo chino de salvaguardar la paz regional, defender el resultado de la Segunda Guerra Mundial y mantener el orden mundial de la posguerra.
El desfile no tiene el propósito de mostrar el poderío militar de China ni está dirigido contra ningún país. Por el contrario, tiene como objetivo servir de ejemplo de la lucha nacional por la libertad y demostrar la aspiración de Beiing por la paz mundial y su firme voluntad de defenderla.