El presidente colombiano Juan Manuel Santos reiteró que la emergencia humanitaria por la deportación de miles de connaciones desde Venezuela es una prioridad para su gobierno, razón por la cual se anunciaron nuevas medidas para atender a los ciudadanos refugiados en dos localidades fronterizas con el vecino país.
El pasado jueves, el mandatario colombiano llamó a consultas al embajador de Colombia en Venezuela, Ricardo Lozano, y convocó a una reunión extraordinaria de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), con el fin de informar sobre la crisis humanitaria en la frontera con el vecino país.
Santos informó que tomó esta decisión, de llamar al embajador, ante la negativa del gobierno venezolano de no permitir el ingreso a Venezuela del defensor del Pueblo de Colombia, Armando Otálora, para verificar la situación de los colombianos deportados durante la última semana.
El mandatario reiteró que desde que su colega venezolano Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera, su gobierno se ha mostrado dispuesto a dialogar para solucionar las diferencias.