CARACAS, 29 ago (Xinhua) -- El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, dijo hoy sábado que el auge de la violencia paramilitar en la frontera con Colombia es un problema originado en el país vecino que requiere la atención inmediata de las autoridades colombianas.
"El problema del paramilitarismo no es un problema del territorio venezolano, nosotros tenemos que mantenerlos fuera de Venezuela y que Colombia los enfrente con fuerza", dijo Arreaza.
El vicepresidente concretó un recorrido aéreo y terrestre en los límites binacionales cerrados indefinidamente tras el decreto emitido por el presidente Nicolás Maduro, los cuales contemplan dos regiones del estado venezolano de Táchira (oeste), que limita con el departamento colombiano de Norte de Santander.
Arreaza respondió así a las declaraciones del presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien atribuyó hace unos días los problemas transfronterizos a asuntos exclusivos de Venezuela.
Santos, quien también se ha desplegado por Cúcuta (noreste), colindante con el estado Táchira, manifestó que “los problemas de Venezuela no son hechos en Colombia”.
El gobierno bolivariano insiste en que el contrabando extractivo desde Venezuela hacia Colombia, así como el incremento de la violencia paramilitar, forma parte de una escalada de agresiones contra el Estado venezolano, orientada a debilitar su economía y su tranquilidad como nación.
El vicepresidente venezolano citó el hallazgo de fosas comunes en las áreas contiguas, cuyos responsables capturados por las autoridades venezolanas previo despliegue militar, han confesado ser parte de bandas criminales.
Dentro de los grupos de paramilitares más sonados se encuentran "Los Urabeños" y "Los Rastrojos", que realizaban prácticas de extorsión en plena zona fronteriza y han generado un importante desplazamiento demográfico hacia territorio venezolano.
Sobre este particular, Arreaza se refirió a la repatriación de ciudadanos colombianos y ratificó el respeto que los organismos de seguridad y cuerpos castrenses mantienen con esta población.
"Si en Venezuela estuviéramos maltratando a nuestros hermanos colombianos, ellos no querían regresar, sería un absurdo", dijo en referencia a individualidades que mediante "trochas" (caminos ilegales) insistían en regresar a Venezuela.
Desde el Ejecutivo se persigue la convivencia en paz de la comunidad colombiana y venezolana, pero apegada a la legalidad de ambos Estados y al Derecho Internacional, señaló el vicepresidente de Venezuela.
"Tenemos que ser rigurosos, esa paz no puede ser producto de la impunidad", agregó Arreaza, quien exhortó a generar "nuevos códigos de entendimiento" en la frontera colombo-venezolana.
El cierre indefinido de los límites entre ambos países por el área que conecta a Táchira con las localidades colombianas de Cúcuta y Ureña, cuenta ya más de una semana, unido a un Estado de excepción que contempla 10 municipalidades de la entidad tachirense.
Más de 7.000 efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se mantienen desplegados en estas zonas, al tiempo que se ha iniciado un registro comercial, industrial y poblacional para atender a los productores y a los residentes.