"Participar en un desfile militar nacional es algo que ocurre una sola vez en la vida, y no quieres lamentar después habértelo perdido", dijo Shen Dongdong del pelotón de vehículos blindados de ataque.
"¿Tú no te quejas por estar herido en una batalla real o sí?", dijo Shen. "Es lo mismo con el desfile. No es una batalla real, pero se parece, y vale la pena".
Un descanso de medio día sigue a una semana completa de entrenamiento. Sin acceso a internet, un juego de billar en la sala con aire acondicionado de su dormitorio es quizá el pasatiempo favorito de quienes van a marchar.