Ellos pueden beber hasta seis botellas de agua cada mañana, pero sudan tanto que algunos ni siquiera tienen que orinar.
"A veces luego de entrenar, mis botas están llenas de sudor y tengo que escurrirlas para que puedan secarse durante la noche", señaló Li.
Algunos se lastiman los tobillos o las rodillas durante el entrenamiento, pero se niegan a reportar sus lesiones a los líderes del pelotón por temor a ser sustituidos.