Alemania fue la mayor contribuyente en las dos rondas previas de programas de rescate por 240.000 millones de euros para Grecia desde 2010. El acuerdo entre Grecia y sus acreedores internacionales indica que el país agobiado por las deudas recibirá ayuda nueva sólo si se llevan a cabo medidas de austeridad y reformas severas, que incluyen alzas en los impuestos, reducción en las pensiones y la privatización de los activos del Estado.
Al considerar el fracaso de Grecia para llevar a cabo reformas suficientes en los últimos cinco años, los alemanes dudan que esta vez Grecia cumpla finalmente sus compromisos. En la votación de hoy, 63 miembros de la unión conservadora CDU/CSU de Merkel se aliaron a la oposición para votar en contra del rescate, un número mayor que hace un mes cuando 60 rechazaron hasta la negociaciones sobre el programa.
Schaeuble, un político veterano de la unión, dijo que no existe una garantía de que un tercer rescate funcione, pero como una gran parte de las medidas de reforma ya habían sido adoptadas por el Parlamento griego, "sería irresponsable no aprovechar la oportunidad de un nuevo comienzo en Grecia".