Entre los vigilantes, habrá unos 9.000 agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública, un grupo policial de elite dependiente del Gobierno federal, para vigilar todos los recintos deportivos.
A estos se les sumarán unos 3.500 agentes de la Policía Federal alrededor de 2.000 de la Policía Federal de Carreteras, para escoltar las delegaciones.