Aun sin ser parte implicada en la cuestión Mar Meridional de China, el libro blanco ha lanzado acusaciones infundadas contra las construcción por parte de Beijing en sus propias islas, en un obvio intento de describir a China como un "abusón" en los conflictos regionales y apoyando así la vil reclamación de Tokio sobre las aguas disputadas en el Mar Oriental de China.
En tercer lugar, el libro blanco también pretende colaborar con la reciente estrategia de Estados Unidos en la región, llamada "Reequilibrio Asia-Pacífico".
Al aumentar su propia presencia en el Mar Meridional de China, Estados Unidos también está animando a Japón a desplegar tropas para conducir misiones de patrulla en la región.
Atendiendo a la llamada de Washington, Tokio vituperó el despliegue militar justificado de China en su último libro blanco de defensa, exagerándolo como "amenaza china".
El gobierno de Abe ya levantó la prohibición del uso de la autodefensa colectiva y negocia con Filipinas la posibilidad de que las Fuerzas de Autodefensa de Japón utilicen las bases militares de ese país del Sudeste Asiático.
Además, el gobierno japonés espera también que su retórica de la "amenaza de China" pueda ayudarle a sacudirse de tan abrumadora presión. La aprobación forzosa de los polémicos proyectos de ley sobre seguridad en la cámara baja del Parlamento han provocado una gran ola de críticas en el país.
La acción del gobierno japonés es perjudicial para la paz y la seguridad regionales, así como para la relación integral entre China y Japón.
China continuará tomando las medidas necesarias para mantenerse firme en la salvaguarda de la soberanía territorial. Y Japón no debería crearse ilusiones en este sentido.
China está a favor de la apropiada solución de este tema a través del diálogo y las consultas. Esperamos que Japón deje de emplear trucos contraproducentes, que a la postre perjudican a todos.
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