COMENTARIO: Sembrando cizaña en el Mar Meridional de China, Manila sólo complica el asunto

Actualizado 2015-07-20 16:30:04 | Spanish. xinhuanet. com

BEIJING, 20 jul (Xinhua) -- Entre todos los demandantes del Mar Meridional de China, Filipinas contrasta con la mayor parte del resto al recurrir constantemente a movimientos unitalerales que han amenazado con dañar la perspectiva de una ampliamente deseada resolución pacífica.

Sus intrigas durante los últimos meses respecto al Mar Meridional de China incluyen la acusación infundada contra Beijing de "intimidación" en el área, la vergonzosa diseminación de reclamaciones injustificadas en vario foros globales y la incansable búsqueda del apoyo de potencias externas.

Como consecuencia de esta demanda, Scott Swift, comandante de la Flota Pacífica estadounidense, realizó el sábado pasado, como parte de su visita a Filipinas, una "misión de supervisión marítima de siete horas" sobre el Mar Meridional de China a bordo de una aeronave P-8A Poseidón.

Estos actos no constructivos, también encarnados en la terca solicitud de arbitraje por parte de Manila, están en contra del espíritu de la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China y amenazan los logros previos hacia una solución pacífica.

Merece la pena mencionar que la solicitud de arbitraje filipina sobre ese mar no se sostiene ya que la esencia del sujeto del caso es la soberanía territorial sobre varios rasgos marítimos en el Mar Meridional de China, algo que sobrepasa el ámbito de la Convención sobre Ley Marítima de la ONU bajo la cual Manila inició el arbitraje.

China también ha dejado claro que no aceptará ni se involucrará en estos procedimientos iniciados unilateralmente por Filipinas.

Al ignorar la oposición de China y llevar el caso a un tribunal internacional, el ardid publicitario filipino supone una pesada carga para la confianza mutua entre Manila y Beijing, que se ha vuelto ya muy escasa tras las provocaciones filipinas respecto al Mar Meridional de China.

China ha mostrado durante largo tiempo moderación frente a las provocaciones filipinas e insiste en que las disputas sobre el Mar Meridional de China sean resueltas a través de conversaciones bilaterales entre los distintos reclamantes, práctica ampliamente empleada en la resolución de disputas territoriales.

Manila no debería malgastar tiempo y terminar con todas las provocaciones sobre el asunto pues podría verse envuelta por sorpresa en el incendio por ella misma provocado sin que aparezcan salvadores, ni siquiera aquellos que la han animado a ser un jugador más agresivo en la región.

Los que toman las decisiones en Manila deben haber sabido que Washington y Tokio pueden ser generosos a la hora de ofrecer posturas políticas favorables e incluso de prestar asistencia militar, pero no es probable que quieran sacrificar sus lazos con Beijing por el bien de Filipinas.

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