BEIJING, 5 jun (Xinhua) -- La distorsión del presidente filipino, Benigno Aquino III, sobre el asunto del Mar Meridional de China durante su actual visita a Japón no llega por sorpresa. Su fanfarria sin sentido solo revela superficialidad y absurdidez.
Durante su viaje Aquino incluso violó la más básica norma de diplomacia, comparando a China con la Alemania Nazi, apuntando a similitudes entre las reclamaciones legítimas, justas y razonables de terreno de China en el Mar Meridional de China, con los movimientos expansionistas de la Alemania Nazi antes de la Segunda Guerra Mundial. También invitó a EEUU a interferir en el asunto del Mar Meridional de China.
China tiene soberanía indisputable sobre las islas y aguas adyacentes del Mar Meridional de China. Además de pruebas históricas, los países litorales no pusieron objeciones cuando China llevó a cabo estudios fronterizos y de demarcación tras la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, como el semanal ruso Vlast dijo "todo cambió" después de que se encontrara petróleo en 1976 en la plataforma continental de la isla de Palawan, y poco después Filipinas publicó un decreto presidencial reclamando las Islas Nansha como su "territorio".
En las últimas décadas, Filipinas ha usado la fuerza para ocupar de manera ilegal algunas islas y arrecifes chinos en el Mar Meridional de China, intentando robar y controlar el arrecife Ren'ai de China, con su buque de guerra varado desde 1999, y trasladando buques de guerra para asaltar y acosar a los barcos pesqueros y pescadores chinos que operan con normalidad cerca de la isla Huangyan de China.
En los últimos años, Filipinas también ha llevado a cabo frecuentemente ejercicios militares en el mar Meridional de China, con fuerzas de fuera de la región.
Los cálculos de Aquino son obvios: involucrar a fuerzas de fuera de la región en el Mar Meridional de China puede permitir que Filipinas se beneficie de las "aguas revueltas" y consiga su objetivo de ocupar de manera permanente algunas islas y arrecifes del mar Meridional de China.
Con este objetivo, Filipinas ha ignorado la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el Mar Meridional de China que ella misma había firmado, así como el consenso al que había llegado con China.
China es una país responsable y comprometido con solventar las disputas territoriales a través de las negociaciones directas con los países relevantes.
Pero por otro lado, China salvaguardará los derechos de su soberanía territorial y marítima, así como sus intereses de manera firme e inquebrantable. No intimida a países pequeños, pero no se quedará mano sobre mano ante provocaciones de ningún país.
Los líderes de Filipinas deberían acabar con su fanfarronería irresponsable y sus provocaciones, terminar con sus fantasías, y volver al camino correcto de solucionar las disputas a través de negociaciones bilaterales.