BEIJING, 4 ene (Xinhua) -- La densidad media de PM2,5 de Beijing cayó un 4 por ciento en 2014 en comparación con 2013, aunque algunos contaminantes repuntaron, dijo el buró municipal de protección medioambiental.
La densidad media de PM2,5, partículas en suspensión menores a 2,5 micrones de diámetro, fue de 85,9 microgramos por metro cúbico en 2014, en comparación con la lectura de 89,5 microgramos por metro cúbico registrada el año anterior, dijo el buro en un comunicado publicado hoy domingo.
La cifra era aun 1,5 veces mayor al estandar nacional de 35, establecido por el Consejo de Estado (gabinete) en 2012.
La ciudad disfrutó de 93 días de "excelente calidad atmosférica" en 2014, 22 días más que en 2013. El número de días altamente contaminados disminuyó en 13 hasta los 45.
Las concentraciones de dióxido de azufre cayeron un 17,7 por ciento, pero las de dióxido de nitrógeno y de PM10 (partículas menores a 10 micrones de diámetro) crecieron un 1,3 y un 7,1 por ciento respectivamente, dijo Zhang Dawei, director del Centro Municipal de Control Medioambiental de Beijing.
Como parte de los esfuerzos para frenar la contaminación, en 2014 Beijing redujo el uso de carbón en 2,6 millones de toneladas a fin de mantenerlo por debajo de los 19 millones de toneladas. La capital retiró asimismo 476.000 vehículos obsoletos de las carreteras y cerró unas 375 fábricas.
En 2015, Beijing planea recortar el índice de PM2,5 en alrededor de un 5 por ciento y reducir las emisiones de dióxido de sulfuro y óxido de nitrógeno en un 6 por ciento.
La ciudad intentará mantener su consumo de carbón por debajo de 15 millones de toneladas y retirar otros 200.000 vehículos, así como clausurar más de 300 fábricas contaminantes, de acuerdo con Yu Jianhua, funcionario del buró.
La capital china recortará su capacidad de cemento a 5 millones de toneladas, añadió Yu.
Con una población de más de 20 millones de habitantes, Beijing ha sufrido el problema del esmog durante los últimos años debido a la contaminación industrial y los humos de los tubos de escape de los vehículos.
En la ciudad y las áreas circundantes, el PM2,5 debería caer para 2017 en torno a un 25 por ciento con respecto a los niveles de 2012, según los planes del gobierno.