(Foto: Sun Li)
Creo que Zhang Zhenyan, con este sueño construido, ha conseguido lo que perseguía: Reformar un lugar logrando la armonía entre la arquitectura y la naturaleza, de esta manera sería un lugar con historia. Al mismo tiempo, construir un espacio privado y elegante que hace que las personas alojadas sientan tener derecho de vivir este lugar. Creo que lo ha logrado, y además con muy buen gusto y mucho cariño, cuidando cada mínimo detalle.
La armonía que transmite este lugar entre la arquitectura y la persona no solo consiste en hacer sentir cómodas a las personas sino que ejerce un poder mágico que invita a las personas a conocerse. He conocido a unas personas increíbles ahí: una pareja encantador Yuanyuan y Jianjian (los dos cineastas, y ella acaba de llevar a su obra a Cannes este año, hablaré de ella en mi siguiente artículo.), la cocinera que tiene la mirada más tierna que he visto en mi vida y cuando hice un bizcocho con el hijo de mi amigo, nos estuvo mirando sonriente durante una hora.
Fue una pena que no llegara a conocer a Zhang Zhenyan, aunque su nombre aparecía continuamente en nuestras conversaciones. Espero poder conocerle pronto y poder charlar con él y desvelar los dos espacios que quedan de “Yu Qian Shi Wei”, “el cuarto secreto” y la azotea.