Luego de una danza impresionante a un lado del estadio inspirada por las antiguas estatuas griegas, la gran sacerdotisa encendió la primera llama olímpica de los XXXI Juegos Olímpicos de Verano y la pasó al primer portador, Lefteris Petrounias, un campeón mundial griego de gimnasia.
La sacerdotisa también le entregó una hoja de olivo que un niño había cortado poco antes, como símbolo de honor y victoria, mientras que una bailarina liberó una paloma blanca para difundir por el mundo los ideales olímpicos de amistad y paz.
La ceremonia ritual en el estadio antiguo en el oeste de Grecia se llevó a cabo al ritmo de una gaita, una flauta y una lira tipo la Antigua Grecia frente a una multitud entusiasta de miles de griegos y visitantes extranjeros, quienes vitorearon y dieron la bienvenida al encendido emotivo de la antorcha con un cálido aplauso.
Varios dignatarios asistieron al evento, incluido el presidente de la República Helénica, Prokopis Pavlopoulos, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y representantes del gobierno griego y de la delegación brasileña encabezados por el presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos Río 2016, Carlos Nuzman.
Antes del ritual de encendido de la llama, niños estudiantes locales en uniformes coloridos formaron los cinco círculos olímpicos.
Durante la ceremonia se interpretaron los himnos olímpico, nacional de Brasil y nacional de Grecia y se izaron las banderas olímpica, brasileña y griega, mientras que el actor Yannis Stankoglou recitaba un poema titulado "Luz de Olimpia".