En un centro clínico cerca de la capital de Azerbaiyán de Bakú, unos habitantes locales estaban disfrutando del baño de petróleo. La localidad cuenta con una historia de más de cien años de explotar el petróleo.
En el año 1890, un empresario alemán construyó el primer yacimiento de petróleo de la zona. Sin embargo, el petróleo extraído de color castaño oscuro tenía poco valor industrial. Al contrario, los locales lo utilizaban para el baño.
El análisis de expertos confirmó que este tipo de petróleo al que faltó valor industrial contaba con multiples efectos médicos como desinflamación, disminución del dolor, dilatación de los vasos sanguíneos, favorecer el metabolismo y acelerar la curación de heridas. Desde entonces, la localidad se convirtió en un famoso sitio de convalecencia.
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