"China, para hacer una industria de automóviles, o una vía férrea como es la transoceánica, va a precisar tener socios en este área en Brasil. Al mismo tiempo, Brasil, para agregar valor a sus productos de exportación, va a precisar de socios en China. Creo que el nombre de ese nuevo capítulo en la relación es asociación", enfatizó.

El empresario Eduardo Parente, presidente de PRUMO-Logística Global, empresa que administra el Puerto de Acu, en Río de Janeiro, donde llegaría uno de los extremos de la Ferrovía Transcontinental, se mostró de acuerdo con Amaral.

"La propuesta de ampliación de la capacidad productiva es importante por dos motivos. Primero, porque tenemos la oportunidad de tener una cadena más eficiente y por tanto mucho más competitiva. Segundo, en este momento en el que se encuentra Brasil, cualquier ayuda es muy bienvenida, en especial de un gran mercado consumidor y proveedor" como es China, consideró.

"Puede acelerar muchas cosas que se demorarían más tiempo si no fuese por esa cooperación", explicó.

"Las prioridades de inversión deberían ser las que permitan aumentar la eficiencia en Brasil. Lo más urgente es la infraestructura de transporte y de energía eléctrica", dijo.

Para Miguel Noronha, de Barbosa Mello Participaciones e Inversiones, la capacidad de movilización de China para realizar grandes proyectos puede representar una contribución muy importante para el desarrollo de Brasil.